
El camino a casa es una película de una belleza visual y poética asombrosa, cuya fuerza se agiganta con detalles en apariencia minúsculos (un cuenco se rompe). El relato sucede en una pequeña aldea del Norte de China. Eso dice mucho.
En realidad -lejos de hacer una reseña-, sólo quiero transcribir una serie de frases para conocer las cosas primordiales. Aquellas que el padre del protagonista -un profesor de escuela-, hacía repetir a sus alumnos cada año, el primer día de curso:
En la vida hay que tener una meta
Leer y escribir forman parte del conocimiento
También es bueno sumar y restar
Hay que apuntar todo lo que me ocurra
Conocer el pasado y el presente nos ayudará a saber la realidad.
Todos los conocimientos nos ayudan en nuestra vida
Respetar a los mayores y cuidar a los niños
Tener cuidado con las tormentas
Primavera, verano, otoño e invierno son las cuatro estaciones del año
Norte, Sur, Este y Oeste son las cuatro direcciones del universo
Todo tiene sentido
Maravillosa sabiduría.
Muy bonito. En serio. Me ha gustado. Veré la película algún día.
ReplyDeleteTodo tiene sentido, si. Menos la publicidad en los blogs.
Jack
No, no, tiene. Es camaleónica. fíjate.
ReplyDeleteA entrada por día. Así, da gusto.
ReplyDeleteTodas las frases parecen obvias. Lo obvio parece que se olvida.
Un saludo
Y maravillosa película...
ReplyDeleteY maravillosa película... Cuando la recuerdo, todavía me llegan los sonidos de las cacerolas con los guisos hirviendo y el aroma a comida casera. En ese sonido, en el cuidado que ponían cocinando los alimentos que iban a tomar cada día, también hay sabiduría
ReplyDeleteme resulta penosa, lo siento.
ReplyDeleteAunque sea camaleónica, como dices tú.
Jack
La película es buenísima. La gran sabiduría que se refleja en esta peli es la perfección con la que se hace cada cosa, sea cual sea. La estética es impresionante y la historia muy bonita.
ReplyDeleteLo obvio me agobvia. Tacatá, ratá. Alguien ha visto ratatuí?
ReplyDeleteEs una película preciosa. Nunca tomé apuntes, y la verdad que me vienen muy bien. Muchas gracias!
ReplyDeleteEs cierto, Paula. Ahí está la verdadera sabiduría. El cuidado de las cosas pequeñas.
ReplyDeleteY muy cierto, también, que lo obvio es lo primero que olvidamos. Y es lo más importante.
Por ejemplo, es obvio "respetar a los mayores y cuidar a los niños".
Bueno, bueno.
El libro de almohada. Un sabio encanto.
ReplyDeleteSólo puedo decir que... me voy a comer un chino.
ReplyDeleteDecidido... te hago un link en mi blog
ReplyDeleteLa tiene clara el chino.
ReplyDelete¡Zampaaaar!
ReplyDeleteEsta peli la vi -por llamarlo algo- en un viaje en tren a Barcelona y nunca fue dormí mejor que entonces en un viaje.
ReplyDeleteYa comí.
ReplyDeleteEl chino sobrevivió. En vez de comérmelo, confié en su cocina: arroz tres delicias, tallarines y rollitos de primavera. Mucha salsa agridulce. Mucha.
Para beber, agua oriental: Nativa (sin gas).
El postre no era asiático: helado de crema tramontana y café.
El Chino feliz.
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