
Te reconocí, y a pesar de no haberte visto nunca: cabello-azabache-ondulado. Quedé absorto, clavado en la pista, ladeando la cabeza como un perro vagabundo. Y me viste, te acercaste: ojos-claros-labios-finos. Yo sabía, por eso dije tu nombre, ¿eres?, pero respondiste que no; no sabías nada. Me cogiste del brazo –sonreías-, y luego me susurraste -tu-voz- al oído algo que no logré entender, quizás. Nos despedimos, tanto gusto-adiós-nos-vemos–cuídate y quedé pegado a la puerta, la copa en la mano, guardando el turno en la cola de los lavabos.
Y (aunque) mientras, te miraba: aquel chico ganó un palmo de suelo y a tu lado apoyó la mano en la pared, atrapándote con el costado: bien parecido-buena planta-bien vestido.
Agaché la cabeza: colillas, vasos de plástico, cristales rotos, cajetillas de tabaco; los restos del naufragio en un desierto; médanos de serrín. Cuando levanté la vista os besabais a mordiscos, le acariciabas la nuca, te revolvía el pelo; abrazos. A veces tus ojos me miraban tristes: ahora será mejor que te vayas.
Que tal el abrazo de morfeo tras el sorbete mentolado del viernes?
ReplyDeleteSilence
Muertes más nobles he visto en silencio.
ReplyDeletequé horror....
ReplyDeleteYo también te reconocí el viernes noche, pese a no haberte visto nunca. Ja!
ReplyDeleteBel
Si, bel. Qué majilla. La próxima vez prometo un javi menos percudicado. Jaja
ReplyDeleteme perdi el entreacto
ReplyDeletesilenciosa soja
creia que habías conocido a la rubia azabache, al empezar a leer.
ReplyDeletedon juan de los baños!
ReplyDeleteSuss ojos tristes porque te conoció a ti y luego tuvo que dejarse con el otro. Que lo conoció antes y no tuvo de otra... la vida es cruel.
ReplyDeleteUf... qué triste.
ReplyDelete¡¡Au!! (patada en el estómago)
ReplyDeleteJ., harías bien en practicas las salidas, como Fernando Alonso, que veo que te falta adherencia.
ReplyDeletesi... opino como marta...
ReplyDeleteMira que si yo te viera ahi, con el vaso y eso... en la fila de los lavabos y me preguntas esas cosas... pues la verdad es que ya me aventaría al otro pa donde fuera, que total, se ve que no servía más que para andar de manos largas!
ReplyDeleteY escaparía contigo... si se pudiera...