El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Sunday, August 31, 2008

2 años de canodromo. Un relato: Literatura


1.

¿Qué puede hacerse cuando no se sabe qué hacer o no se puede hacer nada?


Pensaba esto en la estación de autobuses de Donosti, ayer, sintiéndome fuera del mundo, bajo una tormenta violentísima que nos acompañaba desde Bilbao. Tan sólo unos minutos antes, le hubiera pedido a Jon que girase hacia El Peine de los vientos, pero yo ya había abandonado el coche por el hueco abierto de la ventanilla y estaba allí, gritando algo ininteligible a las olas que se despedazaban, chillándole improperios al mundo y a la vida, increpando al cielo con su vientre de plomo y resquebrajado; estaba allí, buscando tus huellas, buscándote a ti.

¿Qué puede hacerse cuando no se sabe qué hacer o no se puede hacer nada?

Y no se qué hacer.

Pero puedo decirte algunas cosas. Espero no decir demasiado.

Un día, decidí no creer más en el destino, ni tejer historias con el hilo del azar:

Érase una muchacha que dejaba caer su voz y un perfume, capaz de
envolver el aire eternamente. Le sudaba la punta de la nariz,
respingona, que se frotaba a menudo con el dedo índice. Érase la reina
de las muecas y gestos, un duende con abrigo hasta los tobillos. Tez
clara, labios finos y marcadas comisuras. Érase la niña de ojos
achinados que regalaba canciones. Érase mi ángel de la guarda, tan
frágil como la rosa de Saint- Exúpery.


Historias.

La madrugada que nos encontramos, supe que eras extraordinaria. No se trataba de una intuición, simplemente de algo que se veía, que cualquiera podría ver. Aquella madrugada ya te hubiese abrazado. Te hubiese abrazado, sabiendo como sabía que eras especial. Te miraba y quería abrazarte. Pero eras especial y había un autobús, o un tren hacia Burgos. Te hubiese abrazado, pero no te abracé.

Al día siguiente, lancé una piedra contra tu ventana, sabiendo como sabía que eras especial. Te escribí a pesar del autobús, a pesar del tren. Te escribí porque hay pocas personas especiales y una de ellas -muy especial, pensé- era de Vitoria. Pensé que te había conocido, a pesar de Burgos, a pesar del tren, a pesar del autobús.

Y tu me respondiste y yo te respondí y así muchas veces.

El verano.

El verano seguía y, un lunes, desperté con El Peine de los vientos en la mano: tenemos que quedar en El Peine de los vientos. Y yo sólo escribí, me encantaría. Podría haberte llamado pero sólo tecleé, me encantaría. Porque sabía que eras especial. Extraordinaria. Sabía que de volverte a ver.

Y sin embargo quería que me llamases, que me llamases para quedar en El Peine de los vientos, aun sabiendo que de volverte a ver.

Pero la timidez disfrazaba bien el miedo.

Cada noche, te asomabas en mis sueños. Por eso, volverte a ver sería un riesgo. Porque te asomabas en mis sueños. Y yo no quería perder lo que nunca tuve.

Pero otra vez leí tu voz. Leí tu voz y creció el miedo. Creció el miedo porque dijiste ven y yo si tú vienes y tú viniste.

Y aquella tarde, en Pamplona, cuando te despediste con dos besos, me ha alegrado volverte a ver, pensé que la alegría era un adiós para siempre. Y pensé que era un mal final.

Pero volví a leer tu voz por la noche, no cumples tus promesas. Leí tu voz, otra vez, y quería cumplir mi promesa.

Y cumplí mi promesa, a pesar del miedo. Cumplí mi promesa y el viernes ya estaba en Madrid.


No quería equivocarme. Y el tiempo pasaba entre fotos, pasaba el tiempo contigo. Y eras especial, extraordinaria.

Me estaba equivocando. Me estaba equivocando porque me sentía bien contigo.

No quería equivocarme, por eso, vamos a dormir. Porque te hubiese abrazado mil veces. Te hubiese abrazado mil veces pero el miedo. Y estabas preciosa, y te colabas; te estabas colando, tan preciosa, en mi. Y quería dormir abrazado a ti, tan preciosa. Y tenía la sensación de conocerte desde hace tiempo. Tan preciosa con el vestido a rayas, divertida, riendo. Tan preciosa explicándome el proyecto. Y yo quería abrazarte, comerte a besos, tan preciosa.

Y recorrimos la Gran Vía, hasta un banco en la Plaza de España. Un banco en la Plaza de España. Y aquel banco en la Plaza de España estaba bien, porque estabas conmigo.

Compramos una botella de whisky; volvimos a casa; cenamos patatas bravas.

Ya no había vuelta atrás para los abrazos, en la terraza. Un par de tazones de Ballantimes con limón, Sabina, tu voz y tú, tan preciosa, en la terraza. No quería equivocarme pero tú, tan preciosa, riendo.

Y me besaste, ocurrió. Me besaste, tan preciosa. Yo no quería ser uno más, no quería equivocarme porque eras especial, extraordinaria. Ocurrió y era feliz, contigo, abrazándote, entre caricias y besos. Y el miedo. Porque sabía que de volverte a ver. La timidez disfrazaba el miedo. Sabía que de volverte a ver acabaría enamorándome de ti. Pero era feliz envolviéndote en abrazos, enamorándome de ti, tan preciosa. A pesar del autobús hacia Pamplona. A pesar de David. A pesar de pensar que iba a perder lo que nunca tuve. Y quería cuidarte y tú, quiero que me cuides. A pesar del autobús hacia Pamplona y el miedo. A pesar del autobús hacia Pamplona y el miedo, me enamoré de ti.

Por eso pensaba aquello en la estación de autobuses de Donosti, ayer, sintiéndome fuera del mundo, bajo una tormenta violentísima que nos acompañaba desde Bilbao.
Lo pensaba porque no hice caso al miedo. Porque me había enamorado de ti.


2.

Un año después, releo esta carta. No sé bien porqué. Pero me acuerdo –tristísimo- de cómo la escribí para una chica a quien no conocía apenas: pensando en otra.


(2004)

- La fotografía es de Francisco Diaz. Clic

Ellos son asi


A mi güerita Ana,

Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo, como tú: "¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!", lo que le hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!.

(El principito)



Javi, qué te piensas, tú, de la vida. No es así, Javi, para nada -en estas peroratas pseudopaternalistas siempre repiten Javi muchas veces, con la mantecosa petulancia del que cree que sabe mucho-. Madura, dicen, como si no viese la realidad. Como si no me la zampase a diario. Como si no me doliese. Te darás muchos tortazos, tú, Javi. Todo está en tu imaginación, me dicen, Javi. Las cosas no son como tú crees, la vida, Javi. Debes trabajar mucho el interior, Javi, pero tienes suerte y toda la vida por delante, Javi -siempre acuden a fórmulas aprendidas en revistas de autoayuda-. Así se justifican. Ellos son así. Y yo les doy la razón. Como a los locos.

Saturday, August 30, 2008

I'll cry instead/ But I'll come back again someday



Siempre me ha hecho mucha gracia la frescura de esta canción rebelde. La historia de un amante despechado que, justo antes de echarse a llorar, amenaza con vengarse del amor rompiendo a su regreso corazones por todo el mundo.

I've got every reason on earth to be mad
'cos I've just lost the only girl I had
If I could get my way
I'd get myself locked up today
But I can't so I cry instead
I've got a chip on my shoulder that's bigger than my feet
I can't talk to people that I meet
If I could see you now,
I'd try to make you say it somehow
But I can't so I cry instead
Don't want to cry when there's people there
I get shy when I start to stare
I'm gonna hide myself away
But I'll come back again someday
And when I do you'd better hide all the girls
I'm gonna break their hearts all round the world.
Yes, I'm gonna break them in two
And show you what your loving man can do Until then I'll cry instead
Don't want to cry when there's people there
I get shy when I start to stare
I'm gonna hide myself away
But I'll come back again someday
And when I do you'd better hide all the girls
'cos I'm gonna break their hearts all round the world
Yes, I'm gonna break them in two
And show you what your lovin' man can do
Until then I'll cry instead.


(The Beatles. La letra traducida, aquí)

Serenidad


Un perro bisojo, combado, paticorto y con una bufanda roja de esparto en la boca, asoma su pequeña cabezuela entre los barrotes del balcón de un primer piso. Otea la plaza muy pánfilo. Parece confiado frente al mundo y sus visicitudes. Le pregunto de dónde la serenidad, de dónde. No me responde. En cierto modo es un alivio.

Thursday, August 28, 2008

Nota biografica



Nunca te he visto por Pamplona, dónde te escondes...

... yo a ti tampoco.

En qué trabajas.

¿Eh?

En qué trabajas...

Ah... soy... ilustrador... dibujante, sabes. Y pinto. Trabajo en... tengo el estudio en Ansoáin...

Vaya, vaya... o sea, que eres un bohemio*...

Bueno.

¿Me harás un monigote?




*Escribí la última entradilla para Narrativa Audiovisual el 8 de enero de 2000, después de una comida en el Dundalk con los amigos del estudio de pintura. Se trataba de un reportaje sobre el Año Santo compostelano que nunca llegué a terminar. Lo dejé impreso a un lado de la mesa de la sala de estar; cogí el bloc y dibujé un autorretrato a la acuarela que Mónica todavía tiene colgado en la pared de su habitación. En el restaurante, Gonzalo me había dicho: acábala o no la acabes, pero no agonices, Javi. No se refería a la práctica, sino a la licenciatura de Comunicación Audiovisual. Miré el papel con el dibujo como si fuera un espejo, o yo una versión alucinada de Dorian Gray. Y ya nada fue fácil a partir de entonces.

Wednesday, August 27, 2008

Fronteras



Algo tenía que escribir, así que seré Alejandra Pizarnik:


FRONTERAS INÚTILES

un lugar
no digo un espacio
hablo de
qué

hablo de lo que no es
hablo de lo que conozco


no el tiempo
sólo todos los instantes
no el amor
no

no

un lugar de ausencia
un hilo de miserable unión.

Monday, August 25, 2008

Algo razonable


En el vestíbulo de un hotel de paredes blancas y suelo enmoquetado. Recepción. Un escudo. Columnas. Un sofá azul. Escaleras:

- He decidido olvidarte. Porque... no. Sabes. Mañana... Todo es tan complicado. No puedes entrar en mi vida. Me gustas.

- Lo entiendo, es algo razonable.

- No me mires así.

- Cómo.

- Así.

- ... cómo...

- ¿Por qué... me abrazas?

- Para que no se acabe esta noche.

Sunday, August 24, 2008

Lo que queda


Lo único que me queda de Sergio son las orejas. No la imagen, sino el recuerdo de haber pensado, orejas. Me queda el remolino de Sergio y su voz y la voz de su madre, que tratase de dormir un poco, que reclinase el asiento, que no le importaba cambiarle de sitio. Y él, no me gusta molestar no me gusta, mamá. Y yo a él, no me molestas, de verdad, tranquilo. Y él, mamá me mareo si me tumbo pero no me gusta molestar. Y después ella a mi, a dónde vas, a Pamplona, tienes acento de aquí pensaba que eras de aquí, no, no, nosotros a Zaragoza, parece que está cerca pero son tres horas y más.

Orejas.

Y no que fueran grandes o pequeñas o rojas o puntiagudas, simplemente que pensé orejas. Pensé orejas como ahora pienso besos. Lo único que me queda de ti son los besos.

Saturday, August 23, 2008

Leer, leer (XVIII)


Hoy es el cumpleaños de Allendegui. Yo que tú leería La canción del pirata del medio diente. Por ejemplo.

Friday, August 22, 2008

Don Manuel


1

Tenía su propio concepto de orden, de eso me acuerdo bien, y no permitía que Jorge cambiara nada de sitio, ahí está bien la mesa, por favor. El pequeño cuarto de estar, abigarrado de muebles carcomidos y fotografías color sepia, lo recorría con tristura ese aroma acre de las personas mayores. La cicatriz invisible que deja la sabiduría del que ha vivido mucho y ha sufrido mucho y ha amado mucho. El largo camino circular de regreso a casa, la inagotable búsqueda de un lugar en el mundo, la historia de toda la humanidad agazapada en los poros. Fue músico, tocó la mandolina en un cuarteto de cuerda. Había vivido en París y allí conoció a su mujer. Nos enseñó una fotografía, era pianista, era tan bella. Le brillaron los ojos, le temblaban las manos. Le pedimos que tocase algo con la mandolina, nos ofreció vino. Sus pequeños dedos pellizcaban ágiles las cuerdas y estas lloraban con una torpe belleza, la compuse para ella. Todas eran para ella.
Nos despedimos, bajamos la basura y recorrimos la calle Mayor en silencio.


2

Queridos colegas:

Después de varios meses intentando localizar a don Manuel I. por teléfono, y pasando por su casa para intentar verle, me he decidido a llamar a Servicios Sociales, que le llevaban de comer cada día, y me dicen que ha sido dado de alta por defunción el 17 de febrero. He seguido haciendo pesquisas, y me cuentan que cuando entraron en la casa, forzando la puerta, no estaba. La policía les dijo que había llamado al hospital, y que estaba allí, acompañado de una sobrina suya francesa, a la que llamó cuando se sentía mal. Por lo menos no ha muerto solo. Pero será bueno que le dediquéis unas oraciones.

Un abrazo.

Jorge



La imagen es de Jacques Zammit

Thursday, August 21, 2008

El poeta 2. Gaviotas



- Oye... tú, ¿por qué no escribimos un libro?

- ... ¿eh?...

- Sí. Entre los dos. Qué te parece. Un libro. A ver, hmmm... empiezo yo... eh...

- ¿...?

- Ya. Ya sé. Mira, pon. Escribe. Pon: "La desconocida Laura..."

- ¿Qué?

- ... sí... "La desconocida Laura"... así empieza. El libro. "La desconocida Laura".

- Bueno. Está bien. Ahí va, ejem... "La desconocida Laura... era rubia de bote a veces..."

- ... sigue, sigue...

- "... tenía pestañas de mariposa y ojos de vencejo..."

- ¿Qué es vencejo?

- Un ave veloz, parecida a la golondrina.

- Ah.

- Sí. Tienes ojos de vencejo.

- ...

- ...

- Ayer vi un par de gaviotas... una le quitaba el pez a la otra.

- ...

- Fue divertido.

- ...

Refutacion


Al mal se le atribuye el don de la inteligencia. Lamento que los actos de alguien tan vulgar como yo refuten esta teoría con tanta asiduidad.

Wednesday, August 20, 2008

Ella nunca queria postre


Nos queríamos pero

"No quiero postre, tomaré un té", decía ella siempre. Y al rato, el camarero sacaba mi tarta de queso, una rica y compacta bomba de relojería gastronómica con tantas calorías que podría echarse a andar. Mientras le servían su aguachirri y me frotaba las manos, ella miraba mi plato con la boca en los ojos: "¿puedo... probar un poco?". "Sí, claro", le contestaba, un "sí" que era un sutil "mejor mátame". Le pasaba el plato, claro, qué podía hacer. Empezaba ella poco a poco, manchando el canto de la cucharilla con la mermelada de una de las esquinas. Después se aceleraba y engullía como un pavo y, cuando al fin me devolvía el plato, ya no quedaban ni manchas que lamer.
Luego, sin un atisbo de culpa, se bebía a sorbitos el té.

Tuesday, August 19, 2008

Pijos pajos/ autorretrato


Al otro lado de la plaza, justo en frente del estudio, hay una pintada muy absurda en la pared que dice así: Pijos pajos. Jose se quedó hipnotizado leyéndola el primer día que vino a trabajar, pijos pajos... pijos pajos... pero... qué jodida anda la gente, tío... yo... bueno, yo qué sé... en realidad... puede que yo hubiera escrito lo mismo. Por eso, desde aquella mañana, cada vez que salíamos a fumar, lo primero que hacíamos al atravesar la puerta era releer a duo -achicando los ojos y en voz alta- Pijos pajos. Luego, según nos diese el viento, la cosa derivaba en juegos de palabras que siempre degeneraban en chistes fáciles, hasta que uno de los dos -en un dudoso alarde de moral- cortaba abruptamente:

Eres un cerdo inmaduro, joder.

Qué gilipollas.


Y nos echábamos a reír y nos sentábamos en nuestro banco y hablábamos de pintura y de películas y de libros y sobretodo de tonterías serias.

Qué gilipollas.

Tú más.


El día que se fue a la India me mandó un mail con la foto de su último cuadro. Sólo ponía: querido bastardo, ahora te llamo.

Llamé yo.

Qué gilipollas.

(Jose no es sólo mi pintor preferido, sino también uno de mis mejores amigos. En imagen, el cuadro. Está increíble)

Monday, August 18, 2008

La boca de cambios


Salgo de la cafetería. El barman ha vuelto a escrutarme con ojos de arenque cuando le he pedido que, por favor, pulse el mando que activa la máquina de tabaco. Ha dicho espera y he esperado -él a lo suyo, abrillantando una copa- hasta que una camarera misericordiosa me ha visto encorvado, insertando monedas compulsivamente en la ranura que acto seguido escupía la boca de cambios.

Abro el paquete y saco un cigarro; guardo en el bolso la cajetilla, los céntimos y también el papel dorado y el envoltorio de plástico y cojo el mechero, que no funciona. Lo miro, leo: La piedra es amor. La plaza parece un cuadro de Hooper y está desierta salvo por una niña que anda en bicicleta y su padre, que es joven y lleva una camiseta de tirantes verde militar y bermudas y el casco de su hija en la mano. Ella es rubia todavía y sólo la veo de espaldas y la bicicleta rosa con una cesta blanca. Él dice, estoy mas contento y ella, ¿por qué, papá? y él, porque ya sabes andar muy bien.

(La imagen la saqué de aquí)

Sunday, August 17, 2008

Girando el caleidoscopio


Se sucedían los días idénticos y agotadores. Jornadas interminables de trabajo, yendo de acá para allá, siempre a ninguna parte y regresando sólo para preguntarme quién era yo y en qué momento había abandonado la vida y dónde había colocado los sueños y los zapatos de ante. Y te buscaba en las paradas de autobús y en las librerias y en los bares sobretodo. Como un sonámbulo girando el caleidoscopio. Y leía mucho y escribía mucho. Y a veces bebía mucho. Y caminaba poco. Y guardaba algunas palabras en el bolsillo interior del abrigo negro, sabiendo que las palabras más importantes nunca habían sido dichas y quizá nunca fueran a decirse ya, para no mezclarlas con otras repetidas tantas veces. Y dibujaba tu rostro de memoria en el cristal, pasando la yema del dedo sobre la cortina de vapor, y después me replegaba en el asiento y miraba. Y miraba.

Saturday, August 16, 2008

Leer, leer (XVII)


Ojalá nunca hubiera ganado el Tour, Ocaña contra Merckx, contra los Alpes, contra Ocaña. Por Ander Izaguirre.

(En el centro de la imagen, Roger Walkowiak. La fotgrafia pertenece a Top Foto Gallery)

Friday, August 15, 2008

Novecientas noventa y nueve


- Yo creo que los hombres prefieren decir que no entienden a las mujeres y que son complicadísimas... para excusarse ellos por cosas que no se atreven a hacer... pero no sé.

- Es cierto... puede ser... puede...

- ... es algo que vienen haciendo desde que empezó el mundo...

- En mi caso... sí, así es... en parte, bien... pero... también es cierto que las mujeres son bastante complicadas... o llámalo como quieras... porque... bueno... en general no muestran lo que sienten. Lo ocultan, o se protegen bastante bien. Suena a cliché, ya lo sé... ya... quizá tengan, tengáis otra forma de expresaros... un idioma diferente que no entendemos, o no entiendo. En cada mujer hay mil mujeres y novecientas noventa y nueve me dan pavor. Uno parece siempre en quinto plano.

- Idéntico los hombres.

- No sé... no creo... no... sé...

- Nos achacáis lo que no os gusta de vosotros...

- No. Bueno. Yo qué sé. No sé nada...

- Ahora has preferido no decir más...

- Sí. Es cierto...

- Bueno.

- Pero mírame... tampoco soy ningún ejemplo. Porque, ya ves, soy bastante complicado y... bastante cobarde...

- La pregunta sería así objetivamente, quién tiene el mayor problema: si la mujer que disimula o el hombre que no se atreve a pensar que podría ocupar un lugar mejor que el quinto, ¿ves?

Thursday, August 14, 2008

Leer, leer (XVI)


El periodista David Álvarez recoge algunos retazos de su reciente viaje a Japón en Anotaciones Japonesas, 1, 2, 3 y 4. Habrá más. Tampoco me perdería su álbum en flickr. Viajar a balazos.

印象的な

Wednesday, August 13, 2008

When Your Mind's Made Up



Y esta canción de Glen Hansard...

So, if you want something
And you call, call
Then'll come running
To fight, and I'll be at your door
When there's something worth running for

When your mind's made up
When your mind's made up
There's no point trying to change it
When your mind's made up
When your mind's made up
There's no point trying to stop it

You see, you're just like everyone
When the shit falls all you want to do is run, away
And hide all by yourself
When you're far from me, there's nothing else

When your mind's made up
When your mind's made up
There's no point trying to change it
When your mind's made up
When your mind's made up
There's no point even talking
When your mind's made up
When your mind's made up
There's no point trying to fight it

So, if you ever want something
And you call, call
Then I'll come running.

El poeta



Se acercó titubeando. La saludó con un hola ahogado y profundo que quedó varado en la garganta. Carraspeó, ejem, y comenzó a hilvanar con voz suave las palabras tanto tiempo meditadas: primero despacio, apenas un hilo que fue tensándose poco a poco hasta transformarse al fin en torrente:

... esos ojos de ojos que contemplan y te miran, de espejo en espejo, atraviesan los misterios insondables de un alma herida, otra alma apenas, una alma sin ojos que susurra a tus ojos que la mire. Te cuelgas desde el alba en un misterio de gestos y sonrisas para volverte de ternura en el crepúsculo...

Ella dijo, estás fatal.

Él se dio la vuelta, meditabundo y frustrado y arrancó a caminar con torpeza de cojitranco para oír de nuevo su voz, la de ella -esos ojos de ojos-, unos pasos más allá:

Buen culo.

(La fotografía es de .nu.)

Tuesday, August 12, 2008

Tanto bien


Se sentó para buscar la página web de un pintor amigo suyo y le dije, vaya, así que es aquí donde escribes. Y él: te doy su móvil y si quieres le llamas. También es raro, así que os llevaréis bien. Habíamos reído y hablado de muchas cosas. Yo permanecía a su lado, de pie, con los brazos cruzados porque no sabía muy bien que hacer con las manos, siguiendo el puntero del ratón en la pantalla. Él dijo algo que no entendí y me volví para mirarle. Es un niño, pensé al recorrer su perfil de arriba a abajo: el arco de ceja, la lámpara en la pupila, la mejilla suavemente picada y ese ademán suyo de aprobación anclado en la comisura del labio; y le quiero mucho, y nadie me ha hecho tanto bien.

Sunday, August 10, 2008

Sirenas


- Te avisaré cuando ya me haya ido.

- No lo creo, la playa está llena de sirenas.

- Y de musas...

- No, sólo sirenas.

- Les pediré que me arrastren a la profundidad del océano.

- ¿Sabes nadar?

- Lejos de ti...

- Es lo mejor que puedes hacer.

- Sí.

- ¿Sabes nadar?

- Qué más da...

- Tendrás suerte. Siempre has tenido suerte.

- Qué suerte, si ya me topé contigo.

- Y yo contigo.

- ¿Sabes?

- Qué.

- No tenemos... una fotografía en la que salgamos los dos solos.

El estanque


Mevoyacaermevoyacaermevoyacaer. Miraba así yo el estanque que me aterraba, con la punta de los zapatos en el borde de hormigón, la barbilla pegada a la garganta y acariciándome los pulgares con las yemas de los dedos. Me aterraba y sin embargo no quería moverme de allí, atrapado por los destellos hipnóticos meciéndose en el agua ponzoñosa que, con el calor, rezumaba un intenso olor a melaza. Entre mis rodillas lastimadas, alguna ramita, hojas de plátano; efímeras, caballitos del diablo, zapateros; y un poco mas allá, bolsas de plástico, cartones de vino y latas de cerveza. Mevoyacaermevoyacaermevoyacaermevoyacaer.

No recuerdo cómo perdí el equilibrio, ni nada más. Sólo el instante de rara felicidad bajo el cielo agitado, las burbujas, el silencio y luego aquel manto de luz blanca.

Saturday, August 09, 2008

Y Yo que tú y yo que tú ya no me moriría (2)



(Del libro de pipit)

ahora estaban todos sentados con esa quietud que produce el nerviosismo la cabeza llena de razonamientos de nombres y de causas y antecedentes y algunas fechas y un breve esquema cronológico. Y todos sabían que se trataba del examen final de historia tras un largo recorrido de meses por los campos de europa asomándose a américa un momento y mirando de lejos el amarillo de asia y los piratas. Y tenían todo lo necesario las hojas blancas preparadas para silenciar una información dada de un pupitre a otro como un télex rapidísimo y furtivo. Y ya sólo faltaba el profesor y ya sólo faltaba que llegara el profesor y anunciara aquellas preguntas cuya contestación debería encontrarse en el fondo de la memoria como si cada uno de ellos tuviera que mirar hacia un libro interior escasamente iluminado para buscar entre sus páginas con fingida seguridad.
Y sin embargo había algo de extraño: no el aula familiar ni las ventanas ni el olor acostumbrado de los exámenes mezcla de miedo e intriga sino que nadie vigilaba nadie paseándose ni dando órdenes. Y a pesar de todo se extendía un gran silencio sobre todas las cosas como un silencio que lo arrasaba todo respetando tan sólo los ojos de los niños y sus manos. Y no es que entrara el profesor y con seriedad rompiera ese silencio con un caudal de palabras reveladoras sino que pudo ser el mismo silencio el que habló desde su experiencia antigua pues se oyó una voz clara que recorrió aquel cargado espacio rebotando en el encerado y en las tizas: qué habéis hecho de importante. Y en realidad se trataba de una pregunta de una única pregunta de examen final qué habéis hecho de importante y en un momento olvidaron todo lo demás pues les habían preguntado algo de la letra pequeña de lo que nunca nadie estudia pero resultaba ser al final lo único importante la razón de ser del libro y de la vida. De modo que olvidaron toda la historia y comprendían ya por qué la ausencia de vigilantes y de normas y de advertencias preliminares pues ahí la pregunta desnuda qué habéis hecho de importante y en consecuencia la imposibilidad de copiar a no ser que en este caso se tratara de copiarse a sí mismo. Y ellos nos sorprendieron una vez más porque sí habían hecho algo y no sólo lo habían hecho sino que sabían descubrirlo y más aún escribirlo en hoja de examen. Y así se encontraron respuestas del todo diferentes pero siempre con esa profundidad que se nos escapa de tan sencilla. Y uno yo aprendí el olor de los árboles y otro yo no pegué demasiado a McCulers y otro yo le rezaba todas las noches y otro comía manzanas en vez de plátanos a pesar de que los plátanos me vuelven loco y otro dormía en silencio y otro tengo un amigo: Ruskus y otro y otro les gané los calendarios pero luego se los devolví y más aguanto en el agua como trescientas horas y aún más que no me gusta el dinero y más más más yo no he hecho nada de importantes y yo he llorado mucho.

(Pedro de Miguel, Y Yo que tú yo que tú ya no me moriría, Baroja, 1990. Págs.: 42-44)

Donde convergemos



Ya iba teniendo ganas mira de conocerte,
yo ya no tengo fuerzas, pa rescatar mi suerte,
tengo algún sueño roto y tengo un plan pa tenerte,
¿lo quieres ver? Más allá...

Ya tengo yo el conocimiento exacto
ya no te pido nada de lo que yo
no me pueda hacer cargo
ahora sólo hace falta que tú me digas
que quieres ser parte de mí, parte de mí...

Ya no pretendo hacerte el cuento más largo
ahora ya no pongo más excusas,
prefiero mojarme y arreglarlo
sigo teniendo la intención de quererte
hasta que se apague mi sol
eso es lo único que no ha cambiado.
Puedes gritar, he buscao detrás de tus sentimientos
y no te encuentro,
amor puedes callar.

Porque tú tienes el poder,
Tú tienes en tus manos la fuerza del ser
Tú puedes hacer todo lo que quieras
Tú puedes llegar a donde sueñas
Yo sé que tú puedes, puedes...

No lo dejes para después,
tampoco lo vayas a hacer antes de tiempo,
todas las cosas tienen su momento, búscalo
ese momento exacto, ese punto,
donde convergen los sueños,
donde converge lo nuestro,
donde convergemos.
Ese punto donde convergen los sueños,
donde converge lo nuestro,
donde convergemos
mira...

Vuela alto, vuela alto
elévate a los cielos y luego nos cuentas algo
vuela alto, vuela alto
no permitas que el tiempo te deje atrás.

Porque tú tienes el poder,
Tú tienes en tus manos la fuerza del ser
Tú puedes hacer todo lo que quieras
Tú puedes llegar a donde sueñas

Yo sé que tú puedes, puedes...
No lo dejes para después,
tampoco vayas a hacerlo antes de tiempo,
todas las cosas tienen su momento, búscalo
ese momento exacto, ese punto,
donde convergen los sueños,
donde converge lo nuestro,
donde convergemos.
Ese punto donde convergen los sueños,
donde converge lo nuestro,
donde convergemos.



Alejandro Sanz

Friday, August 08, 2008

Leer, leer (XV)


Contra (los) el mundo(s), de Am. Descubrir a la dandy. Qué bueno.

El boss de la Navarreria


No había reparado nunca en él hasta el sábado pasado, cuando apurábamos la segunda cerveza sentados en el bordillo de la acera de El Mesón de la Navarrería, y supongo que tampoco lo hubiera hecho entonces de no ser por Pablo:

Mira, lo llamamos El Boss de la Navarrería. Anda siempre por aquí.

Cruzó la calle una figura menuda y encorvada con muñequeras de cuero y un pañuelo azul anudado a la frente; pelo negro ensortijado que comenzaba a clarear, patillas de morsa y un buen mostacho. Embutido en harapos de tela vaquera, chaleco y pantalones, caminaba arqueando piernas y brazos, dando saltitos caricaturescos, a un palmo de gigante del aquí te pillo aquí te mato. Dejaba una estela anacrónica de humo que se deshacía en el aire.

Hoy estaba tomando otra cerveza en el Café Iruña, con Carlos, cuando me llegó una vaharada de vino a granel por la espalda. Me giré, era El Boss. No entendí lo qué dijo, pero señaló el medio cigarro que tenía pegado al labio. Le pasé el mechero y se agachó y se quedó mirando la portada del libro que había sobre la mesa, Recuerdos Inventados, de Vila-Matas.

Vi... la... ma... ah... es que yo tenía uno. Un libro. De Asimov. Un libro que he leido mil veces. Isaac Asimov. Mierda, me lo robaron la semana pasada en Bilbao.


Prendió la colilla y se quedó pensativo. Luego me preguntó si tenia un mechero de sobra. Hurgué en los bolsillos del pantalón.

Lo siento, sólo llevo éste.

Tenía cinco o seis, pero los fui regalando por ahí.

Vaya.

Sí.

Bueno.

No te preocupes.


Y se fue arqueando piernas y brazos, dando saltitos caricaturescos, a un palmo de gigante del aquí te pillo aquí te mato.

Thursday, August 07, 2008

"No espero ser comprendido"


Y así fue como terminó mi vida, y comenzó mi morir. No puedo cambiar el pasado, y no creo que lo hiciera. No espero ser comprendido. Me gusta lo que he escrito, los cuentos y las dos novelas. Si me ofrecieran verme libre de esta enfermedad a cambio de mi obra, no lo aceptaría. ¿Paz? Nunca la hubo en el mundo. Pero en viaje por las dóciles aguas, bajo el cielo, sin amarras, yo oigo ahora mi risa, primero nerviosa, luego de auténtico asombro. Me rodea por entero.

Me impresionó la lectura de este y otros fragmentos de Harold Brodkey, concebidos en la cama de un hospital. Allí escribió su última novela, Esta salvaje oscuridad. Mientras moría de sida.

El arte, la vida; el éxito, la memoria; pequeñas victorias, el amor, las derrotas cotidianas. Hago recuento de mi propia obra, de lo hecho y de lo que todavía sueño que algún día haré: todos los relatos, alguna poesía; centenares de cuadros, miles de ilustraciones. Mucho, poco, nada. Está bien. No lo sé. Pero es todo. Y, sin embargo, tú eres más que todo. Si me ofrecieran. Si me ofrecieran.

Wednesday, August 06, 2008

Leer, leer (XIV)


Prefiere no revelar la identidad de su ingenio. Él es así, se desenvuelve bien lejos de las sombras de la blogosfera. Mordaz, inteligente, elegante y un escritor virtuso. Así es el crítico de arte de kakalardoak.com. Para muestra, El gato de la biblioteca. No sólo para ilustradores. Desternillante.

Tuesday, August 05, 2008

Pero... tu sabes


Después de la tormenta apenas queda una brecha azul en el cielo: caen las últimas gotas, verticales, todavía gruesas. A nadie parece importarle demasiado. Llego tarde.

Pero... tú sabes que te quiero, te deseo. Te adoro...

Me giro. La voz pausada y suplicante pertenece a un hombre maduro. Es alto, sujeta el paraguas que la protege; ella fuma un Philip Morris. Rondan los setenta.

Este sitio parece que está bien, murmura él señalando la cafetería que hace esquina.

Me detengo en el semáforo a pesar de que está en verde. Ahora les veo de espaldas; él observa algo a través de la cristalera del café y ella se aleja varios metros arrastrando un poco los zapatos. Lo primero que pienso es que, seguramente, se acaban de conocer por medio de un anuncio en el periódico. Me entristece eso, pensar así, y miro si alguien espera junto a la marquesina del autobús. Nadie. Agacho la cabeza y descubro una mancha de tinta en el pantalón y le paso la palma de la mano por encima, como si eso pudiese borrarla.

Breve dietario 0708 de unas alas para batir el aire


Desde el tejado

Vimos una estela de luz en el fondo del océano, estrellas de organdí colgando sobre la gran muralla de Nunca jamás, nunca; calculamos los nudos del aire a los que nos agarrábamos para volar hacia ti cada noche, dibujamos puestas de sol en las persianas de madera de tus ojos abiertos, bebimos la nieve a pequeños sorbos, colgamos las zapatillas del vecino en el canalón para que no te perdieras al volver a casa, fumamos el humo amargo de la chimenea, mentimos a la tristeza sembrando poesías, escribimos tu nombre en código morse, plantamos una petunia en la luna, leímos en las plantas de los pies las historias inacabadas de un futuro sin esquinas, saltamos bajo charcos de arena, cruzamos el fuego por dentro, hablamos del silencio batiendo las alas, exploramos el abismo recordando una mirada y cosimos con palabras mis recuerdos a tus sueños.

Sunday, August 03, 2008

Notas de un ilustrador (1)


Demasiadas horas de vuelo solitario sobre el papel que se extiende inmenso y blanquísimo encima de la mesa de dibujo, como el desierto de Saint-Exupèry. Por eso, cada mañana procuro inventarme chistes nuevos, sandeces con las que hacerme reír y pasar el rato, pero que idiota eres, me digo con cariño, condescendencia y cierta admiración que, por supuesto, encubro, cómo se te pueden ocurrir esas cosas. Naciste para la farándula, farándulo, añado si estoy de buen humor. Uno que se esfuerza por caerse bien, me respondo. Aun así, a veces, me gasto bromas que no entiendo. Y entonces me finjo ocupado, o distraído. Para no parecer estúpido.

(En imagen, el boceto de una ilustración para la agenda de Nuevo Futuro)

Leer, leer (XIII)


La descojonante historia del toro que me dejó para hacerse famoso, de Allendegui. El título no engaña. Para reirse mucho.

(La fotografía y el cartel son de Miguel Angel Antoñanzas)

"Como ya es usual, siempre hay una gran mujer detrás de cada idiota" (John Lennon)



Es una hermosa canción.

WOMAN

Woman I can hardly express,
My mixed emotion at my thoughtlessness,
After all I'm forever in your debt,
And woman I will try express,
My inner feelings and thankfullness,
For showing me the meaning of succsess,
oooh well, well,
oooh well, well,

Woman I know you understand
The little child inside the man,
Please remember my life is in your hands,
And woman hold me close to your heart,
However, distant don't keep us apart,
After all it is written in the stars,
oooh well, well,
oooh well, well,

Woman please let me explain,
I never mean(t) to cause you sorrow or pain,
So let me tell you again and again and again,
I love you (yeah, yeah) now and forever,
I love you (yeah, yeah) now and forever,
I love you (yeah, yeah) now and forever,




MUJER


Mujer, difícilmente puedo expresar
Mis emociones mezcladas y mi pensamiento
Después de todo, siempre estaré en deuda contigo
Y mujer, intentaré expresar
Mis sentimientos internos y mi agradecimiento
Por mostrarme el significado del éxito

Ooh, bien, bien
Doo, doo, doo, doo, doo
Ooh, bien, bien
Doo, doo, doo, doo, doo

Mujer, sé que entiendes
Al niño pequeño dentro del hombre
Por favor, recuerda que mi vida está en tus manos
Y mujer, mantenme junto a tu corazón
Sin embargo, la distancia no nos mantiene separados
Después de todo está escrito en las estrellas

Ooh, bien, bien
Doo, doo, doo, doo, doo
Ooh, bien, bien
Doo, doo, doo, doo, doo
Bien

Mujer por favor déjame explicar
Nunca quise causarte pena o dolor
Pues déjame una y otra y una y otra vez decirte

Te amo, si, si
Ahora y por siempre
Te amo, si, si
Ahora y por siempre
Te amo, si, si
Ahora y por siempre
Te amo, si, si

Saturday, August 02, 2008

Aun


Recuerdo con frecuencia este grabado de Goya. A la crudeza del autorretrato lo acompaña una escueta inscripción en la parte superior derecha: Aun aprendo.
(Nada que añadir, dice lo que dice)
Me hace pensar en todas las cosas importantes que no he aprendido todavía y en una sóla que -seguro- ya no aprenderé jamás: a vivir lejos de ti.

Friday, August 01, 2008

Catch your dreams before they slip away



Siguiendo la pista de Ronnie Wood, guitarra de los Rolling Stones, acabé topándome con esta preciosa versión de Ruby Tuesday, interpretada por The Coors.

Dont question why she needs to be so free
Shell tell you its the only way to be
She just cant be chained
To a life where nothings gained
And nothings lost
At such a cost



P.D: Sigo curioseando en la red y descubro que Ron, además de tocar cinco instrumentos (Bajo, Guitarra, Batería, Saxofón, Armónica), pinta. Y tiene blog.