El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Sunday, January 17, 2010

Trenes rigurosamente vigilados



Un escritor debe ser sencillo, debe vivir como los otros.

B.H


Leí la solapa:

Bohumil Hrabal (Brno, Moravia, 1914 – Praga, 1997), hijo de un gerente de una fábrica de cerveza, estudió en la universidad de Praga, donde llegaría a ser doctor en Derecho, aunque trabajó como obrero en la industria siderúrgica de Kladno. Este trabajo le proporcionó la inspiración para los textos hiperrealistas que escribió en aquella época. Además ejerció de oficinista, de comercial y de tramoyista entre otros oficios. En 1963 publica su primer libro, Perlas en el fondo, y en 1965 el segundo Trenes rigurosamente vigilados, que sería llevado al cine por el cineasta Jiri Menzel, film que obtuvo en 1967 el Oscar a la mejor película extranjera. En 1968 Hrabal es censurado y no volvería a aparecer un libro suyo hasta 1975. No obstante, seguían circulando de manera clandestina copias mecanografiadas de los originales y el autor seguía ganando reconocimiento dentro y fuera de Checoslovaquia. En febrero de 1997, un Hrabal ya senil cayó del quinto piso del hospital en el que estaba ingresado mientras daba de comer a las palomas.

Leí la presentación. Primera frase:

Bohumil Hrabal (1914-1997) Había estudiado derecho en la universidad de Praga durante cuatro años, y se empezaba aburrir.



Compré el libro.

Trenes rigurosamente vigilados es una novela breve, de un humor entre negro y raruno, profundamente humano. Y la sensibilidad cruda, y la belleza que duele (y repara a la vez); algo que me recuerda a la escritura de Agota Kristoff.


Trenes rigurosamente vigilados, El Aleph Editores, Bohumil Hrabal. (124 páginas/14 euros)

Esperando a los bárbaros



Sigo a Coetzee. Es de esos autores que causan "algo" en el lector. Y escribe maravilloso.

Ella se va, casi se ha ido. Es la última oportunidad de mirarla directamente a los ojos, de examinar a fondo mis emociones, de tratar de comprender quién es verdaderamente: de ahora en adelante, lo sé, empezaré a reformarla según mi repertorio de recuerdos y de acuerdo con mis dudosos deseos. Le acaricio la mejilla, le cojo la mano. En esta colina desolada a media mañana no puedo descubrir en mí ni rastro de ese lánguido erotismo que me arrastró a su cuerpo noche tras noche, ni siquiera de la cariñosa camaradería del viaje. Sólo existe un vacío, la desolación producida por ese vacío. Cuando le estrecho la mano más fuerte no recibo respuesta. Solo veo demasiado claro lo que veo: una muchacha robusta de boca ancha y un flequillo sobre la frente que mira hacia el cielo por encima de mi hombro, una desconocida; una visitante de otros lugares que ahora vuelve a casa después de una estancia bastante desagradable.

- Adiós - le digo.
- Adiós - me dice.

No hay más vitalidad en su voz que en la mía. Comienzo a descender la loma; cuando llego al final ya le han quitado los bastones y la ayudan a subir a un poni.



Esperando a los bárbaros, Debolsillo, J.M. Coetzee (224 páginas/ 7, 95 euros)

Ensayo Biológico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo



Historiografía y método científico se imbrican en Ensayo Biológico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo, de Gregorio Marañón. El estudio nos acerca (diría que humaniza, pero de una forma neutra, como si se tratase de un paciente) a una figura sombría y taciturna, denostada a lo largo del tiempo.

Palencia termina su relación de la muerte con estas dramáticas palabras: "Miserable y abyecto fue el funeral. El cadáver, colocado sobre unas tablas viejas, fue llevado sin la menor pompa al monasterio de Santa María del Paso a hombros de gente alquilada.

Es difícil que sobre ningún otro muerto caiga un responso tan feroz como el pronunciado ante el cadáver de Don Enrique por este implacable capellán.


En sus "ensayos biológicos", Gregorio Marañón (1887-1960), médico, científico, historiador, escritor y pensador español -fue admitido y colaboró en cinco de de las ocho Reales Academias españolas- analiza las grandes pasiones humanas a través de personajes históricos (El Greco, Tiberio, El Conde Duque de Olivares...), y sus características psíquicas y fisiopatológicas.


Ensayo Biológico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo, Gregorio Marañón. Colección Austral (Espasa) (168 páginas/ 8,50 euros)

Thursday, January 07, 2010

La lluvia antes de caer



La lluvia antes de caer, de Jonhatan Coe, deja buen sabor de lectura. No es poco.


No me importa que llueva en verano. Hasta me gusta. Es mi lluvia favorita”. “¿Tu lluvia favorita?”, dejo Thea. Recuerdo que frunció el ceño sopesando aquellas palabras, y luego exclamó: “Pues la mía es la lluvia antes de caer”. Rebecca se sonrió al oír aquello, pero yo dije (en plan pedante, supongo); “Pero, cielo, antes de caer, en realidad no es lluvia”. Y Thea me dijo: “¿Y entonces qué es?” Y yo le expliqué: “Pues es sólo humedad. Humedad en las nubes”. Thea bajó la vista y se concentró una vez más en escoger los guijarros de la playa; cogió dos y se puso a golpearlos uno contra otro. Parecía que el ruido y la sensación le gustaban. Yo seguí: “¿Entiendes entonces que no existe la lluvia antes de caer? Tiene que caer para que sea lluvia”: era una tontería explicarle aquello a una niña pequeña; casi me arrepentía de haber empezado. Pero por lo visto Thea no tenía ningún problema en captar la idea; más bien al revés, porque al poco rato se quedó mirándome y meneó la cabeza con gesto de pena, como si discutir aquellas cosas con una idiota estuviera poniendo a prueba su paciencia. “Ya sé que no existe”, dijo. “Por eso es mi favorita. Porque no hace falta que algo sea de verdad para hacerte feliz, ¿no?


La lluvia antes de caer, Jonathan Coe, Editorial Anagrama, 18 Euros/256 Páginas)