Jose que pinta
Jose pinta mucho –me da mil y una vueltas con el pincel en la mano-; tiene orden, disciplina, talento y una destreza natural para enfrentarse a las superficies en blanco. Estoy orgulloso de él, por eso me gusta recordar en voz alta que le enseñé dibujo artístico cuando era sólo un crío (aunque en realidad fuesen sólo cuatro o cinco clases y él, por supuesto, ya dibujase mejor que yo).
Jorge dice que posee tanta facilidad que debería empezar a pintar con la mano izquierda, para ponerse algún obstáculo. Como Chillida.
Tenemos -eso sí- el carácter parecido, marcado por una inseguridad casi cómica, si bien él se transforma cuando pinta, hasta el punto de parecer arrogante. Antonio López –que admira el don de Jose y se asombra con sus trabajos- le regaña por eso, por el exceso de seguridad. Yo me río cuando le dice que es demasiado presuntuoso, siendo que es, en realidad, todo lo contrario lejos de su paleta. Juanjo Aquerreta, que es un observador crónico, le dijo en el taller: tú tienes muchas cosas en común con él, me señaló a mí.
Y yo bromeo: estás jodido, de mi sólo has heredado la desidia. Sí tío, qué jodido, se ríe.
A veces, me gusta pincharle: Jose, ya me jodería tener una novia que pintase mejor que yo. Y es que Silvia, que estudia Psicología en Deusto y no Bellas Artes en la UPV como nosotros, pinta francamente bien.
En todo caso, y a mi me parece una virtud, Jose habla de lo que pinta o dibuja con orgullo de padre: tienes que ver el retrato que he hecho de una vieja, una de esas solteronas ricas y arrugadas, con el pelo morado y nariz ganchuda, que van al mismo café todas las tardes a cuchichear; es cojonudo. Cosas así.
Suele enseñarme sus trabajos para que le de mi opinión. El último fue un retrato increíble. Mientras yo miraba el cuadro, él describía al personaje por dentro y por fuera:
- Jose, deberías anotar las descripciones que haces de lo que pintas, son bonitas de veras. Escribes bien, muy bien. Ya lo sabes. Serían anotaciones valiosas, sobre todo para el futuro… Chagall describía las escenas que pintaba, preciosas.
- Es que me da cosa, sabes… al describir, siento que desnudo a la persona, que descubro cosas que pueden ser demasiado íntimas y...resulta… bueno, puede ser violento.
- Entiendo lo que dices y, sin embargo, podemos –por ejemplo- vejar a cualquiera y dejarlo a la altura del betún sin que nos tiemble la voz, o el pulso. Jose, la descripción que has hecho es bonita y muy sincera… no me parece, no sé, impúdica…
- ¿Tú crees? A mi me da un poco de miedo… decir las cosas así…
- Puede ser, sí. Puede ser. A veces, tanta belleza duele… al fin y al cabo, toda belleza es verdad.
En la imágen, un cuadro tierno y maravilloso de Jose: un enano en el metro de Bilbao.