
Creía que era tan sencillo como un encuentro: sonreír, primero; cogerse de la mano, después y, finalmente, caminar juntos. Caminar juntos y decirle te quiero. No cabía otro significado para dos palabras: TE QUIERO, TE QUIERO, TE QUIERO.
Pero ella pensaba otra cosa.
¿Pongo el verdadero nombre de este blog? ¿O me pagas una suma extaordinaria de dinero extranjero para acallarme?
ReplyDeleteMira que eres sardanápalo, Gonzalo. Te untaré de escudos si omites palabras malsonantes.
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