Tuesday, March 20, 2007

Encadena dos


De pequeños, cuando no conseguíamos dormir, Alberto y yo jugábamos a las palabras encadenadas. Uníamos la última sílaba y siempre empezábamos de la misma forma: Café-feo- ona- nabucodonosorcito- tosferina- nanduque- queso- soquisón… y a partir de ahí ya cambiábamos. No importaba demasiado que las palabras no existiesen, cuando surgían, les encontrábamos definición. Valían si colaban.

4 comments:

  1. Anonymous5:50 AM

    En definitiva, como todo en la vida. Si cuela...Y si no, que se lo digan al gobierno.

    ReplyDelete
  2. Yo solía jugar algo parecido... me hiciste recordar algo, perono del todo :P

    Mejor dejo saludos!

    ReplyDelete
  3. ¡Mi hermano y yo siempre acabábamos diciendo Nabucodonosor!

    ReplyDelete