
- Olvídate de ella.
- Lo intento.
- No lo intentes. Hazlo.
- ... pero...
- Olvídate. Tuvo su oportunidad. Y eligió.
- ...
- Mientras no la olvides tu vida será un bucle...
- ...
- Ella está con él, mientras tu estas ahí, detrás. Es lo que ella quiere... que estés ahí, adorándole como un perro faldero.
- ... pero ya no le llamo...
- ... apagas el móvil para no llamarla...
- ... le dije que no le llamaría nunca más...
- ... decirle eso es lo mismo que llamarla...
¡Otra interesante conjugación!: yo bucleo, tú bucleas, él buclea, nosotros bucleamos...
ReplyDeleteese era el mismo teléfono que llamaba y se apagaba solo, no? Ya te está metiendo en problemas de nuevo?
ReplyDelete¡Pum! Es como un golpe muy adentro...
ReplyDeleteBucles...
es lo que pasa con tanta llamada perdida
ReplyDeleteCuánto duele lo que no sale. Cuánto duele que no nos quieran...Qué fácil parece a veces no querer.
ReplyDeletecuesta olvidar sus besos. Y sus abrazos. Y sus "te quiero". Y sus manos. Y sus ojos. Y su todo.
ReplyDeleteLa mente pone los límites y el corazón los supera.
ReplyDeleteY así más interesante: Yo buclearé, tu buclearás...
ReplyDeleteNo es el mismo, Jontxu. Este es el que sólo me permite hablar desde mi cama. Y desde la cama de la habitación de Barakaldo, lo cual es un problema: ya no tengo las llaves de ese piso.
Pum, pum. Golpecito.
El corazón cuando funciona no tiene límites, se sale a fuerza de latidos.
Hay corazones y corazones...
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