
Cuando era niño,
esperaba,
mirando por la ventana,
a que llegasen
papá y mamá
(no volváis tarde.
No os vayáis lejos)
-Tenía miedo
a quedarme solo-.
Ayer
-en aquel sueño-
miraba
encaramado
a la misma ventana.
Él (mi amigo) cruzaba ya
el portal;
yo le grité:
No vuelvas tarde.
No te vayas lejos.
Espérame,
ahora bajo.
Entonces se giró y,
levantando la mano,
me miró
a los ojos
(sonreía):
comprende,
me tengo que ir,
cuídate.
Llego tarde.
Las personas aunque se vayan están más cerca.
ReplyDeleteLo he leido varias veces.
ReplyDeleteNo se iría muy lejos... porque sonreía. Eso es buena señal.
No, no se ha ido lejos, María, HCS
ReplyDelete