
No te enamores nunca de ella. Tampoco de mi.
Entonces, qué.
Nada.
Y me besaste.
Recuerdo el sueño subiendo la cuesta de Labrit en la línea 3, mientras leo pausadamente Doctor Pasavento, de Vila-Matas. Y sigo recordándolo cuando me bajo -allí mismo, frente a la plaza de toros- y guardo el libro en el bolso y miro los letreros luminosos de Katos y Cavas. Los letreros de los bares de la cuesta de Labrit, nada luminosos a las diez de la mañana. Descontextualizado, como los bares, recorro el casco viejo de Pamplona recordando. Recordando ese sueño bajo una luz azulona y áspera que parece de tarde.
ENAMORADO....No te enamores.
ReplyDeleteDice Jaime Ross:
ReplyDeleteAlgún día verás que me voy a morir
amándote, amándote, amándote.
Algún día sabrás lo que ha sido vivir,
amándote, amándote, amándote.
Quizás comprenderás lo mucho que sufrí,
amándote, amándote, amándote.
Quizás entenderás todo lo que perdí,
amándote, amándote, amándote.
Y la muchacha me dijo:
"no te enamores de nadie."
"No te enamores de nadie;" me dijo
"no te enamores de nadie, mi vida, mi amor."
Dándome un beso me dijo
"no te enamores de nadie,
no te enamores de nadie;" me dijo
"no te enamores de nadie."
Creo que deberías ir pensando en acentuar los títulos
ReplyDelete¿porque no has de enamorarte? ¡¡enamórate!!
ReplyDeleteJaime Ross es uruguayo!!!!!!!!!!!!!
ReplyDeleteMario Benedetti también era uruguayo. Quizás te sirvan, J., sus "tácticas y estrategias". Digo, para empezar por algo y no descartar tan de sopetón el de alguna vez enamorarte.
ReplyDelete