Sunday, March 23, 2008

A medias


Rescatando información del maltrecho disco duro del IMac, encuentro un relato que dejé a medias hace casi tres años -también un ensayo errabundo sobre Arte y Belleza, abandonado en la página 50, las cinco primeras caras de una novela y otra historia inacabada que no sabría en qué género clasificar-. El relato lo empecé unas semanas después de haber recibido un mail de Paco en el que me animaba a que no parase de escribir hasta completar un libro de cuentos. Pero paré, tal vez por esa estúpida e involuntaria rareza mía de hacer siempre lo contrario de lo que otro espera, una huida para no decepcionar, supongo.

Transcribo el comienzo del relato que, a diferencia del ensayo, la novela y la historia rara e inclasificable, sí sabía como acababa (ocurrió):

Ingrid había organizado una cena de parejas en el ático de "nosequién" pero, al final, fuimos los solitarios de siempre. A las dos, sólo quedábamos los rezagados en la noche cenagosa de junio, algo borrachos, y a expensas de un par de cubatas –dijeron- en la Calle Andanzas.

Entramos en un bar casi vacío: había uno o dos corros de chicas y alguna pareja agazapada detrás de la máquina de tabaco; también un hombre anclado en la barra escrutando con ojos entornados, cosidos a las cuencas con hilos de sangre, los cuerpos de mis amigas; y nosotros que nos acercamos al mostrador cuando una joven menuda cruzó la puerta abrazada a un ramo de rosas de colores envueltas en celofán.
Sólo el hombre de ojos entornados le hizo un gesto, acércate, venga, dame una roja, pagó y cogió la rosa con torpeza entre sus manos pequeñas, como si se tratase de un polluelo. Cuando se fue la chica, la desvistió del celofán crudo para arrancarle después a mordiscos y una por una, todas las espinas; luego, agarró el copazo que tenía a su lado y lo bebió de un trago. Le observé allí de pie: era tan bajo como robusto, apenas metro sesenta, calculé. Sus ojos ya no me parecieron cosidos en sangre, sino sólo tristes; enarcaba las cejas pobladas y apretaba los labios, que apenas resaltaban como una delgada línea de carne rosa bajo la barba blanca y espesísima.
El hombre se acercó tambaleando y con la rosa mutilada en el puño abierto a Sara, le musitó algo triste al oído. Ella se apartó con una mueca de espanto y el hombre volvió a la barra, sólo con una flor que se deshacía, que ya no era.
El alcohol vuelve las derrotas más amargas y aquel hombre se asomaba al precipicio del siguiente copazo: otro vodka con limón, por favor.

Me quedé mirándole, atrincherado en el hombro de Sara. Había dejado los restos de la rosa sobre el mostrador y se mesaba la barba. Agarró el vaso, dudó un instante y luego lo dejó en su sitio sin haber bebido. Ahora intentaba juntar torpemente los pétalos rotos con las yemas de los dedos; el pulso le temblaba y cayeron al suelo como gotas de sangre helada. Trató de agacharse para recogerlos pero ya los había pisado todos.


(J., Junio 2005)

10 comments:

  1. sólo tres palabras: ko jo nudo
    me he imaginado perfectamente la escena en mi redonda y hueca cabeza.
    "kalandraka" debería ficharte... no sé si como ilustrador o como escritor... 2 en 1
    una cosa: termina lo que dejaste a medias. es muy bueno.
    tu fan más loca, itziar

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  2. Pues sí, J., ¿por qué no continúas -poco a poco- hasta completar un libro de cuentos?

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  3. Anonymous3:27 AM

    Ves cómo me dan la razón? Ya somos tres. Seguro que al final del día seremos muchos más, insistiendo...

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  4. ya somos 4.
    Fdo.: la hermana gemela "mala" de itziar

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  5. Javi, este relato es genial.
    Me han venido un olor a tabaco rancio y aliento alcoholico mientras lo leia.
    Sigue escribiendo, y no tengas miedo a decepcionar porque no lo haces.
    Me ha dado mucha pena el hombre barbudo.
    Un dia sin darte cuenta igual ya tienes la novela..
    Yo te la compro!
    1 abrazo.
    PD:Tengo el libro de Elena Goñi y es estupendo, os lo tengo que dejar.
    PD2:Te mandare mas ilustraciones en cuanto vuelva a Bilbao, que me deje allí la paleta.

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  6. Anonymous4:57 AM

    ¡¡Sumad la quinta!! Que queremos "a enteras", no "a medias"

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  7. Me apunto a animarte, J.

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  8. Sigue rescatando el disco duro. Ablándalo un poco más.

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  9. Anonymous4:34 PM

    Es bestial, nunca tengo palabras.

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  10. ESCALOFRIANTEMENTE ACOJONANTE!!!

    Cada dia flipo mas con este tio!!!

    JAVIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!

    Es sencillamente GENIAL!

    ....aquellos ojos, cosidos a las cuencas con hilos de sangre...

    o el caer de los petales como gotas de sangre congeladas....

    Tengo la piel de gallina!

    Gracias por estos....y otros muchos relatos que existen y los que vendran

    BESOS DE MIEL para endulzar la vida

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