Monday, December 08, 2008

De eso se trata



La niebla cubría la pista. Abandoné la plataforma agarrado a un paraguas con las varillas desnudas y comencé a caminar sobre el cable y seguí hasta alcanzar la mirilla que colgaba de un hilo de seda. Me detuve y me puse de puntillas, un pie delante del otro. Los gritos del público invisible fueron desvaneciéndose. Dejé caer el paraguas y me sequé la palma de la mano en la pernera del pantalón y alcé los brazos en cruz. Al fin se hizo silencio.

(La fotografía es de Tyler Gore)

7 comments:

  1. Los aplausos son algo muy raro.

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  2. Jaja. Desde luego. Las personas tenemos costumbre muy extrañas. Me pregunto que pensarán los pingüinos de nosotros.

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  3. Anonymous1:25 AM

    Los pingüinos no piensan. Como algunos de nosotros... ¡je!

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  4. Entonces somos pingüinos.

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  5. Anonymous1:35 AM

    Y pingüinas

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  6. Pero los pingüinos aplauden.

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  7. Anonymous7:53 AM

    Pero no saben por qué aplauden ¿no?

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