
-A Paul M. Viejo-
Te quiero porque fumas y bebes y blasfemas
y escribes sin cesar por las paredes
o en la estación del tren
o en los bordes urgentes de una alcoba vacía.
Porque le has puesto verbos al dolor que te invade
y aunque lo llames Marta
soy yo quien te acompaña
por esa travesía pesarosa de un nombre.
Y te quiero por todo o casi ya por todo
lo que me das o quitas o me pones.
Y sabes, tú lo sabes, y yo también lo sé,
que formas laberintos para que me distraiga
y me quede dormida cuando llega la tarde.
(Elsa López)
¿"Travesía pesarosa de un nombre"?
ReplyDeleteYa ves tú. Qué cosas, ¿eh? Jajaja.
ReplyDeleteNo provoques, J., no provoques, que me voy hasta ahí y te meto una colleja que te tragas el pitillo :-)
ReplyDelete;-)
En este caso no es cosa mía, Servidora.
ReplyDeleteBesote
Es igual. No fumes :-)
ReplyDelete:-P
Wow!
ReplyDeleteYa solo la primera frase impacta...
Tú blog tb... voy a darme un paseíto ya que llegué hasta aquí, artista
:)
Una preciosa declaración.
ReplyDeleteLo mio con la poesía es un caso, no me llega ni una ... Ayer, en "El Público Lee" (Canal Sur), vi a Ángela Vallvey hablando, entre otras cosas, de poesía. Decía que la poesía no le importaba a nadie, ni a la crítica, sólo a los poetas, para los que sí era muy importante. ^_^
ReplyDeleteFumar?? Hace 4 años que lo dejé por una apuesta ...
Es genial.
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