Para empezar: Damaris Pan
Hola, Damaris:
¡Qué sorpresa leerte! Ya te conozco o – mejor dicho- te conozco a medias. He visto tus ilustraciones de papel colgando en el txoko* de la esquina y quizá a ti también, pero eso no lo se muy bien. A veces paseaba por ahí cuando me sentía un poco triste –pasa a veces-, a mirar. Y allí estabas, esa media tu dibujada por ti, como si fueses media docena o así de herramientas azules, o una casa. Pasaba por allí y me parecía bonito ver aquello, aunque el txoko casi siempre estuviese oscuro y vacío. A veces esperaba allí dando pequeños paseos en círculo para saber quién podría dibujar aquello. Pero tu nunca llegabas o era yo el que no llegaba a tiempo. Siempre justo tarde.
Una mañana de mayo vi en el periódico aquellos dibujos junto a una chica tendida en el suelo. Debajo de la foto ponía su nombre que sonaba a cuento: Damaris Pan. Y me alegré de haberte encontrado en un trozo de papel, donde se escriben los cuentos y, a veces, alguien pinta media docena o así de herramientas azules.
* Espacios (del euskera) cerrados con caballetes y tableros, organizados por grupos de alumnos, dentro del aula de pintura de la Facultad de Bellas Artes del Pais Vasco.
1 Comments:
Qué grande el Canódromo. Ya estábamos esperando el estreno. Grandioso poemilla y gran ilustración. Queremos más canódromos!
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