A la Luna
Papá nos hizo creer durante mucho tiempo, quizá años, que fue entrenador de los Angeles Lakers. Tal y cómo lo contaba, con todo tipo de detalles minuciosos, resultaba imposible dudarlo. También presumía de haber enseñado a jugar a baloncesto a Aito García Reneses, y cómo cuando no encestaba le soltaba: Aito, ¡burro!
A veces íbamos a jugar a fútbol al seminario - el se ponía, entonces, el chandal de "internacional" y, cuando ya nos aburríamos, cogía la pelota y nos preguntaba:
¿Queréis que la mande a la Luna?
Sí, papá, mándala a la luna. A la Luna
El éxito de sus historias, de éstas y otras tan fabulosas, residía en que él era el primero en creérselas. Se sumergía en ellas, como un pez volador en el agua.
Esta mañana, le he contado que entrevistaron en el telediario a dos muchachos de su pueblo que corren el encierro.
Altura es grande, hijo.
Altura, dice, y le tiritan los ojos:
Altura es París.
2 Comments:
Ya ves. Cyrano, tu padre. Estás rodeado de lunáticos. Afortunado.
Afortunadísimo.
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home