
El complejo imaginario de Naroa cuelga en las paredes de la sala de exposiciones de un hotel de San Lorenzo del Escorial. Naroa esconde detrás de esa bellísima bondad pícara a una artista inmensa y misteriosa. Por eso, después de diez años de amistad -ha hecho tantísimo por mi y tantísimo es decir muy poco-, su obra de símbolos e historias sigue sorprendiéndome: queda mucho por conocer. Naroa no se agota nunca. Obsesiones y miedos -tan universales como irracionales- plasmados con manchas de color, formas casi abstractas -según se miren, una galería de personajes enfrentándose a sí mismos- y mucha ironía.
Hoy, Naroa inaugura su primera exposición individual, a las 19:30. Merece la pena.
El paso del tiempo, la incomunicación, el rechazo de los demás. La incomprensión, o no querer entender. La ceguera oportuna, interesada y manipuladora. El sexo. La soledad. El desamor. El amor buscadamente irreal. Las corazas, los disfraces; la hipocresía y el autoengaño.
La dependencia irracional. Dejarse llevar. Sentir el paso del tiempo perdido.
Miedo a mirar atrás y ver una existencia vacía, estéril e inútil.
Miedo a vivir la propia vida, a equivocarme, a no ser capaz.
Miedos, muchos miedos. Y también muchas distorsiones.
jo javi! q bonitoooooo!
ReplyDeletegracias!
un besazo,
te quiero!.