
No tardaron un cuarto de hora en perderme el respeto.
Primer martes en Mendillorri, gran barullo. Me faltan manos:
Sonia: ¡¡¡ Jabbi, Jabbi!!! ¿me ayudas?
J.: Ay, Jabbi- Jabbi, Jappi- Jappi… tú si que eres Jappi…
Sonia: ¡¡¡ Jappiverdei!!! ¿me ayudas?
Desde entonces, el grupo de niñas de los martes me llama Jappiverdei. Y cuando les da, pues me cantan. Arrancan a coro. Las muy marylines.
Como sigas en este plan, no te va a caber el ego en el cuerpo, rey...
ReplyDeleteBaja, modesto, que sube Jappi. I me mine.
Y tienes razón, Martín. Y mañana mi Santo. Otra excusa para mirarpe el ombligo... =P
ReplyDeleteAbrazote
Y como cruces el Estrecho, ni te cuento: no pararás de oír Jabibi-Jabibi en todos los radiocasetes.
ReplyDeleteEs que parece que te estás haciendo un book. Jappi posando con mirada interesante, jappi posando concentrado en algo que le cuenta su amiga... :D
ReplyDeleteAbrazote, amigo
q opinas de la pelicula el pianista?? si la has visto...
ReplyDeleteSí, ya, pero luego ni respondes a quienes te regalan un globo, snif. Me gustabas más en plan modestillo.
ReplyDeleteFelicidades desde La Mancha. Sí quieres te canto también a lo marylin...
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