Lo único que me queda de Sergio son las orejas. No la imagen, sino el recuerdo de haber pensado, orejas. Me queda el remolino de Sergio y su voz y la voz de su madre, que tratase de dormir un poco, que reclinase el asiento, que no le importaba cambiarle de sitio. Y él, no me gusta molestar no me gusta, mamá. Y yo a él, no me molestas, de verdad, tranquilo. Y él, mamá me mareo si me tumbo pero no me gusta molestar. Y después ella a mi, a dónde vas, a Pamplona, tienes acento de aquí pensaba que eras de aquí, no, no, nosotros a Zaragoza, parece que está cerca pero son tres horas y más.
Orejas.
Y no que fueran grandes o pequeñas o rojas o puntiagudas, simplemente que pensé orejas. Pensé orejas como ahora pienso besos. Lo único que me queda de ti son los besos.
Cuando pienses que ya no te queda nada piensa que quedas tú, eso es lo más importante, TÚ y todas las cosas que seas capaz de inventar.
ReplyDeleteBESOS LEIRE