El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Tuesday, January 13, 2009

La quinta esquina de Peter



Jueves, 4 de diciembre. Un sobre amarillo entre facturas y propaganda. El remite garrapateado -ella sabe cuánto me gusta esta palabra- a pluma, la tinta azul muy diluida:

Ajuriaguerra (Bilbao).

Esperaba la felicitación de Marta. Su letra. La prueba irrefutable de mi existencia en otro tiempo, el suyo. Me acuerdo. Eres.

Palpé el sobre con el pulgar y el corazón y el índice de la mano derecha y detecté una dureza flexible en el fondo. Pensé y volví a dejarlo donde estaba y fui a comer y luego me tumbé en el sofá y dormí un rato.

Abrí el sobre sin romperlo y asomó una esquina de Fernand Léger. La postal. Introduje los dedos y sentí al tacto lo otro, una lámina plastificada, alargada y estrecha. La arrastré hacia afuera y surgió su inconfundible corte de pelo (blanco), el retrato con vespa que le hizo Ander (existen menos fotos de Peter que de Amancio Ortega), recortado sobre un fondo blanco. Blanco sobre blanco. Coñocoñocoño. Coño. Una estampa. Van a beatificar a Peter. Eso pensé en voz alta. Y añadí: Patrono de la gente rara. Al sacarla, comprobé que no había biografía ni oración: sólo la imágen de Peter, el nombre y el apellido en minúsculas y un par de fechas. Las fechas. Un marcapáginas de Peter. Ostrás. Y, durante unos minutos, naufragué estupefacto en aquel océano blanco. Qué pensará Peter. Y qué pensará Peter.

Esa misma tarde pude comprobarlo en el sofá de la sala de estar con Relatos de Kolimá Volumen I. A medida que avanzaba el libro, Peter se iba asomando poco a poco por el lateral con la sonrisa contenida, provocando(me) un crescendo de risa floja.

A todas partes llevo el libro de turno con el marcapáginas, la fotografía de Ander, el regalo de Marta. Y en medio del café, la cerveza, la cena, o la comida, no puedo evitar enseñarlo con orgullo: Mira esto. O, mira, mi amigo Peter. La gente lo mira y luego me mira raro. Siento cómo se compadecen. No entienden nada.

(La imagen es de aquí)

4 Comments:

Blogger Paco Becerro said...

Yo tampoco entiendo mucho, salvo que leo de cuando en vez lo de Ander, y desde luego, leo asiduamente a Marta, a quien he tomado cariño.

Felicidades, supongo, por los regalos, que hay cosas que celebrar.

Y abrazote.

2:12 AM  
Blogger Ander Izagirre said...

Es curioso, porque en el retrato con vespa que me enseñaste... no hay vespa. O recortaste el rostro de Peter y dejaste fuera la moto, o te pasa como a mí y como a los que sienten su brazo amputado: sientes la vespa en esa media sonrisa de Peter. Yo sí que la siento. Porque recuerdo mucho aquel momento, cómo el reacio Peter se apoyó en la moto, incómodo pero yo creo que contento.

Siempre tuve un poco de remordimiento por haber obligado un poco a Peter para hacerle esa foto. Pero luego me llevé un alivio y una alegría. Después de su muerte, me escribió un compañero de piso de Peter y me pidió si le podía mandar esa foto de la vespa: al parecer, Peter la tenía a la vista en su cuarto y la enseñaba a sus compañeros. Me dio mucha alegría.

3:35 AM  
Anonymous Anonymous said...

¿En otro tiempo?

3:45 AM  
Blogger eresfea said...

Cuánto tiempo cocinando esta entrada, ¿eh?

3:09 AM  

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