El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Friday, May 08, 2009

Claus y Lucas



Las palabras que definen los sentimientos son muy vagas; es mejor evitar usarlas y atenerse a la descripción de los objetos, de los seres humanos y de uno mismo, es decir, a la descripción fiel de los hechos.

(Fragmento del capítulo Nuestros estudios, de El gran cuaderno)

El Aleph editó en 2007 un volumen que recoge la trilogía que había titulado Claus y Lucas -El gran cuaderno (1987), La prueba (1988) y La tercera mentira (1991)-, de la húngara Agota Kristof.

Escritura sin artificios, corta como una cuchilla, Mi forma de escribir viene del teatro, explica la autora. Diálogo puro. Lo justo, sin relleno, sin grasa*: espeluznante, sórdida (quizá no sea la palabra pero habrá, con razón, quien no soporte la lectura) y, a la vez, tierna, profunda y conmovedora -no abusaré más de los adjetivos-.

De las tres novelas, me quedo con la primera, El gran cuaderno. O con las tres juntas (ya no puedo imaginarme las lecturas sueltas de La prueba o La tercera mentira).


Si me creyera escritor, envidiaría a Agota Kristof.


*Merece la pena leer la entrevista publicada en 2007, en El País.

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Tiene buena pinta, jotín. Gracias por la recomendación. Me gusta mucho la mezcla de sordidez y ternura.
bettyboop

7:34 AM  
Blogger J. said...

Betty, creo que no lo leerías. Demasiado.

8:33 AM  
Anonymous Anonymous said...

Puf, entonces no. Bueno, dependiendo de qué tipo de sordidez. Si es sordidez con elegancia sí. Si es sordidez burda tipo Almodovar ni de coña (por lo que dices, la cosa va por ahí).
Me gusta la mezcla de sordidez y ternura tipo "El señor presidente" (Miguel Ángel Asturias) o "Crimen y castigo".
boop

8:55 AM  
Anonymous Anonymous said...

No te crees escritor. Pero lo eres. Y si quieres, puedes envidiar a Agota Kristof. Algunos, que no somos escritores pero les emulamos, tenemos un poco (o mucha) envidia de tus letras =P
La envidia sana es buena. Y se llama admiración.

9:25 AM  

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