El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Saturday, June 30, 2007

A miles de kilometros


Cuántas despedidas de parejas en las dársenas de las estaciones. Me arrepiento de no haberlas coleccionado durante estos cinco años de idas y venidas, entre Bilbao y Pamplona. Me gustan las despedidas ajenas porque, en apariencia, son siempre la misma pero, si miras bien, descubres pequeños matices que las convierten en historias irrepetibles. El mundo, por un instante, parece a merced de lo que suceda entre dos personas que se alejan.

Estoy sentado en mi plaza, a punto de quitarme las gafas y colgarlas al cuello de la camiseta para echarme a dormir las dos horas que quedan por delante. Ya he cerrado un ojo cuando una chica con flequillo Amélie me hace un gesto que no entiendo bien y se acomoda a mi lado. Detesto mostrar debilidades, como quedarme dormido antes de ponerse en marcha el autobús, así que hago tiempo mirando por la ventanilla:

Se abrazan con fuerza, mezclándose el uno con el otro, a la sombra de un poste publicitario. Cuando el chofer grita el último aviso, se sumen en un suave balanceo para luego comenzar a girar sobre si mismos. Ella le acaricia el cuello y revuelve su melena rizada. Él esconde la cabeza en el hombro de ella y cierra los ojos. Sin embargo, ella los mantiene abiertos, dejando una estela de ausencia con la mirada. Como si ya no estuviese allí, si no en el autobús, a miles de kilómetros de distancia.

Ya se separan, cogiéndose de las manos, hasta rozarse sólo con las yemas de los dedos. Apenas se miran. No hay beso. Por un instante, parece que ella pudiera echarse a llorar pero se da la vuelta, en silencio, y camina hacia el autobús. También él se da la vuelta, echándose la mano a la boca, agachando la cabeza, pero vuelve a girarse para verla otra vez. Ella espera en la cola con el billete en la mano, una viajera entre otros viajeros, una viajera que no mira atrás. Él la sigue mirando cuando sube al autobús pero ella no mira atrás.

Y no mirará atrás.

Ellas nunca miran atrás.

24 Comments:

Blogger María said...

A lo mejor lloraba y tampoco le gustase enseñar sus debilidades...

9:28 AM  
Anonymous Anonymous said...

Ja que nunca miramos atrás...Siempre miramos atrás pero con sutileza.

9:49 AM  
Blogger J. said...

No os leo convencidas. Pensáis, hay puntos suspensivos.

10:38 AM  
Blogger Bloody said...

Yo diría que miramos adentro. Y si no miramos atrás es porque ya miramos todo lo que teníamos que mirar. En el momento justo.

10:38 AM  
Blogger J. said...

Un argumento. Bloody.

10:42 AM  
Anonymous Anonymous said...

Olé bloody! mi ídola...Eso es...miramos en el momento justo. Y ellos, zafios, nunca se dan cuenta.

11:14 AM  
Blogger J. said...

Zafios. Otro argumento.

11:25 AM  
Blogger María said...

El momento justo, zafios...
No se, a mi no me gustan las despedidas!

11:28 AM  
Blogger J. said...

Ahora te has mojado, Maria. "No me gustan las despedidas". Tenemos otro más.

11:33 AM  
Blogger servidora said...

Yo sí miro atrás. Lo he hecho demasiadas veces y me ha hecho demasiado daño. Pero hay que mirar atrás para poder ver delante. O mejor, soñar con lo que podré encontrar delante.

Otra cosa es saber si lo que he visto me ha gustado o si lo que he visto me ha ayudado; pero eso, para otra entrada :-)

2:52 PM  
Blogger J. said...

Mirar atrás hace daño. Apunto, servidora.

11:33 PM  
Anonymous Anonymous said...

Yo siempre miraba atrás.

Ahora no lo hago, porque tengo miedo de girarme, y que nadie esté mirándome a mi.

it

11:59 PM  
Blogger J. said...

El miedo. Vale.

12:15 AM  
Anonymous Anonymous said...

ah! la foto..... DIOS! espectacular

mmmmmmm

it

1:02 AM  
Anonymous Anonymous said...

Me ha gustado lo de "no os leo convencidas. Pensáis, hay puntos supensivos"...Hehehe...

1:51 AM  
Anonymous Anonymous said...

¿Ellas nunca miran atrás?

Ellas miran atrás, ellas miran a dentro y ellas miran adelante.
Ellas no solo miran, ellas miran y ven.

Y ya lo dijo Nissan, “ siempre hay alguien mirando “

3:07 AM  
Blogger J. said...

Pone: ellas nunca miran atrás.

Y nadie ha dicho de momento lo contrario.

Creo.

4:23 AM  
Anonymous Anonymous said...

Yo estoy de acuerdo. Ellas nunca miran atrás. Para qué van a mirar.

5:31 AM  
Anonymous Anonymous said...

Para ver por donde has venido hasta donde estas. Si te gusta el camino de venida, para seguir por él y si no te gusta para cambiarte de camino.
Para ver lo que has dejado y acordarte de todo ello más adelante. De lo malo para no repetirlo y de lo bueno, para volver a disfrutarlo.

7:08 AM  
Blogger J. said...

Más real lo que ha dicho Leyre.

8:23 AM  
Anonymous Anonymous said...

Ayer es real.
Hoy es constancia.
Mañana es conjetura.

9:33 AM  
Blogger LEIRE said...

Yo siempre miro atrás, incluso después de haber mirado y no encontrado la mirada de quien se aleja de mí vuelvo a hacerlo hasta que le pierdo de vista.

Pero como dice It, a veces he decidido no hacerlo, por miedo a no encontrarla.

Es duro sentir que tu buscas a alguien pero ese alguien no siente esa misma necesidad, muy duro.

Supongo que a todos nos ha pasado alguna vez.

1:42 PM  
Blogger J. said...

Es duro, sí. Pero si piensas así, con miedo, sólo hay dos opciones: arriesgarse a perder y perder o perder.

1:49 PM  
Anonymous Anonymous said...

Las veces que no miras atrás es por miedo, por mucho miedo, o por no sufrir ese momento. Seguramente pases llorando medio viaje.
Porque salen los sentimientos y porque para que sea una historia ha tenido que existir. Nada desaparece porque sí.
Y si soy sincera, yo siempre miro, he mirado y miraré. Eso de que ellas nunca miran es un pinchazo, por que muchas veces no son ellas, por eso he contestado así.

2:53 PM  

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