Demasiado
Ha sido una de esas noches en las que se encadenan sueños que nada tienen que ver los unos con los otros. Recuerdo bien tres de cuatro, pero sólo contaré uno de ellos y no aquel en el que yo era
Blue-Bird-Pumpkin, de Paul Klee:
Encontré su coche -rojo. Y me extrañó porque en el sueño sabía que ella no tenía carné- mal aparcado en la esquina de Conde Rodezno con la calle Aóiz, junto a el inhóspito Bar Rex. Los froidianos se frotarían las manos si añadiese, no lo haré, que allí mismo hay una cerrajería, Endériz (empresa especializada -informan las páginas amarillas- en duplicados de llaves de serreta, seguridad, borja y vehículos). Y no lo haré porque considero que frotarse las manos es un deleite para la malicia. El caso es que ella estaba en la parte de atrás y yo, sin pedirle permiso, me senté dándole la espalda en el borde mismo del asiento, con la puerta abierta y dejando medio cuerpo fuera. Aun así la miraba de vez en cuando, no entiendo cómo:
Entonces es imposible..., le dije.
Asintió.
Te vas...
Sí... la beca... a Milán...
...
...
Entonces, no hay... nada... te vas con él, verdad...
Sí. Con él.
Se acabó, entonces.
Se acabó.
Para siempre.
Para siempre.
¿Pero alguna vez?
No. No. Nunca.
Nunca.
Nunca.
...
...
Te enamoraste de mi como yo me enamoré de el Sol.
Y allí sentado, de espaldas a ella y mirándola a la vez no sé cómo, me pareció una frase triste y hermosa. Demasiado perfecta. Incluso para el final de un sueño.
4 Comments:
Hace muchos posts que no pones foto tuya, ¿no?
Ya va tocando...
:)
Y se va a Milán ??? El sol sale y se mete todos los días..., tal vez un día -pronto- vuelve a salir ;-)
Glups. Diálogo demasiado real, hasta para un sueño.
...tú tenías lo que había que hacer...pero el mundo nunca era un pañuelo...
Te vigilé las horas del viaje más largo como si fueras a llevarte la luna debajo del brazo...
¿Cuándo vas a venir otra vez por aquí?
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home