Cazamariposas
Éste. Elegí el cazamariposas con mango de fibra de carbono y red de gasa de tergal. Sonó el móvil en el momento que tendía la tarjeta de crédito a la dependienta.
¿Si?
¿Josep Varela?
Sí.
Soy Marcos Pla, el gerente.
Me sentí ufano, pues nunca me había llamado nadie tan importante. El gerente.
Sí. Sí.
Ya no hace falta que trabajes para nosotros.
No... hace falta.
Ya no.
Y colgó.
Por la tarde quedé con Jenny. Bueno. Encontraré otra cosa, pensé. Jenny. No le diré nada, de momento. Teníamos grandes planes y el aire lleno de mariposas.
La esperé frente al conservatorio. Abrió la puerta del coche. Saqué del asiento de atrás el cazamariposas envuelto en celofán. Entró y se sentó pero no cerró la puerta:
Hola
Hola, Jenny
Hola
Tengo...
Miró el paquete.
Josep ...
¿Si?
Josep
Me sentía importante cada vez que ella pronunciaba mi nombre.
...
Ya no hace falta que me quieras.
Ah.
Ya no.
7 Comments:
Bueno, es un buen comienzo para la historia de un hombre que se sobrepone a todo y, desde abajo del todo, construye una vida. Sin mariposas.
Joder. Vaya mierda de día.
Mejor no te hubieras levantado hoy, Josep.
Bufff que tétrico, no siempre se pueden escribir historias preciosas, pero ésta es tristossssísima. ¿Existe esto?
Seguro que tiene un buen parar, seguro que después de lo triste vienen maiposones!
El descartable...
La solución debe encaminarse con una épica jornada de caza (de mariposas).
mariposa eh?
Reta mañana remember
¡Me ha parecido buenísimo!
Y con el día que llevaba, ¿no le estampó el cazamariposas en la cabeza?
(Anda, no seas vago: invéntale un final. Eresfea ya te ha indicado un posible camino)
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