Ayer
Ves su fotografía en una revista. Y ahí está, ofreciéndote unas galletas Digestive a media tarde y, ya un rato después -en la madrugada de una noche imposible-, sentada a tu lado con el pelo revuelto y un pijama de osos en el hall de su casa, cogiéndote la mano manchada de sangre:
- Estoy escribiendo una canción para ti.
En unos meses, le regalarás un cuadro.
Pero eso fue ayer. Ayer, hace ocho años. Por eso cuelgas el teléfono al oír la tercera señal.
3 Comments:
Mmmm...
Que el pasado sirva sólo para aprender y no cometer los mismos errores. Fuera las melancolías, no te la incentives, que los romátincos clásicos fueron unos pobres infelices. (Y no me importa si me cae la Inquisición por lo que acabo de decir ;) )
Que siga pasando el tiemplo.
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