El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Monday, December 08, 2008

De eso se trata



La niebla cubría la pista. Abandoné la plataforma agarrado a un paraguas con las varillas desnudas y comencé a caminar sobre el cable y seguí hasta alcanzar la mirilla que colgaba de un hilo de seda. Me detuve y me puse de puntillas, un pie delante del otro. Los gritos del público invisible fueron desvaneciéndose. Dejé caer el paraguas y me sequé la palma de la mano en la pernera del pantalón y alcé los brazos en cruz. Al fin se hizo silencio.

(La fotografía es de Tyler Gore)

7 Comments:

Blogger am said...

Los aplausos son algo muy raro.

11:55 AM  
Blogger J. said...

Jaja. Desde luego. Las personas tenemos costumbre muy extrañas. Me pregunto que pensarán los pingüinos de nosotros.

12:46 PM  
Anonymous Anonymous said...

Los pingüinos no piensan. Como algunos de nosotros... ¡je!

1:25 AM  
Blogger J. said...

Entonces somos pingüinos.

1:26 AM  
Anonymous Anonymous said...

Y pingüinas

1:35 AM  
Blogger am said...

Pero los pingüinos aplauden.

5:58 AM  
Anonymous Anonymous said...

Pero no saben por qué aplauden ¿no?

7:53 AM  

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