El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Monday, July 27, 2009

Chesil Beah




Eran jóvenes, instruidos y vírgenes aquella noche, la de su boda, y vivían en un tiempo en que la conversación sobre dificultades sexuales era claramente imposible.

Así comienza Chesil Beach.

En la página 116:

Ella necesitaba sentirse próxima a él para dominar al demonio del pánico que sabía que se aprestaba a aplastarla. Tenía que saber que él estaba con ella a su lado, y que no iba a utilizarla, que era su amigo y era bueno y tierno. De lo contrario todo saldría mal, todo sería muy solitario. Dependía de él para que le infundiese seguridad en sí misma, más allá del amor y al final no pudo reprimir una orden estúpida:

- ¡Díme algo!


Apretar los dientes para leer a un magnífico -y duro, muy duro- Ian McEwan. Porque sí, sí, hay que leerlo.


Nota para ahorrar: Chesil Beah también está editado en Compactos Anagrama (6,7 euros/ 192 páginas)

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Qué interesante es ver que está escrito algo que está yacente en la mente de muchos. Es genial comprobar que el ser humano es igual siempre y en todas partes.
bettyboop

5:27 AM  
Anonymous tirante said...

Me gustaría poder leer a tu paso. ¡Devoralibros!

Y no involucrarme tanto como lo hago, saber separar. Saber leer en general.

4:59 PM  
Blogger Néstor said...

HUm... Creo que ya tengo el siguiente libro...

12:25 AM  

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home