El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Friday, October 13, 2006

Feldespato


La semana pasada fui a contar patos al parque de Doña Casilda. Un mal día, con la excusa de la gripe aviar, se los llevaron a todos de vacaciones, “van a un lugar mejor, muchacho, a un lugar mejor. Donde no existen el paté ni las naranjas”, me dijeron. Algunos han vuelto con mejor aspecto, más morenos y menos estresados, otros -me temo-, acabaron en un restaurante chino.
En estas, vi a un señor en un banco leyendo a Faulkner. Me quedé allí, de pie, observándole. Al cruzarse delante suya dos ecuatorianas con sus sillas de niños (curiosamente en cada una había gemelos), el hombre levantó la vista del libro. Reconocí aquel rostro, que no había visto nunca, inmediatamente; se trataba -sin duda- del mismísimo Amancio Ortega, propietario de Zara. Pensé que, si era capaz de leer a Faulkner, podría resolverme una antigua duda que me carcomía: el significado de la palabra patata.
Ya iba a acercarme a él cuando alguien a mi espalda pidió la hora. Me giré: “¡Coño, Iríbar!”.
Al volverme de nuevo, el banco estaba vacío.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

De los que me gustan. Es perfecto. Quizá un poco brusco la expresión ¡coño! aunque no queda mal.
Si yo viera al dueño de zara le preguntaría por otras cosas más éticas.

3:38 AM  

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