El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Wednesday, November 22, 2006

Talgo direccion A coruña


No existen dos viajes iguales a un mismo sitio ni, aunque parezcan parecerse, parecidos; un mismo destino es, a su vez, siempre otro nuevo que recuerda sólo a aquel lugar que creíamos conocer de otra vida. Tampoco uno es uno, si a caso el sonido de un nombre repetido por otros nombres, otros otros que no son otros. En los viajes que juega la memoria nada es lo que fue.
Rumiaba todo esto al desacompasado compás del traqueteo de un viejo tren, camino a la estación de A Rúa-Petín. Un tren destartalado y bananero, blanco y azul, convoy de dos vagones en huelga, dirección A Coruña. Miraba correr el paisaje al través del cristal rayado de la ventanilla, sintiéndome carne de posguerra y meditaba todo esto, todo esto meditaba confundiendo las cavilaciones con las cortinillas amarillentas de tela podrida al sol.

Los vagones se bamboleaban en un swing de alto riesgo y cruzarlos suponía un inevitable ejercicio circense de equilibrio. Cada dos horas caminaba el departamento, de punta a cabo, para dar unas caladas feroces junto a los lavabos y desentumecer un poco las piernas, tropezando siempre con algún fumador desorientado que acababa hablándome del Año Santo o las suaves mantecadas de Astorga. A ratos, sentado, dejaba el libro y la ventanilla y recorría los rostros de los viajeros, remendados con tópicos surrealistas, teatrales como personajes de Almodóvar; pasajeros de clase turista que parecían actores contratados por RENFE, hijos de otros actores, con sus genes anclados en una época inmemorial y mitológica.

Pasaban las horas, se perdían por siempre jamás las estaciones que surgían de los suburbios, en una jungla de semáforos mecánicos, carriles y señales indescifrables. Pasaban las horas bajo túneles negrísimos.

Pensaba en todas esas cosas mirando al través de la ventanilla rayada y mirando también hacia atrás, recorriendo de memoria otros viajes. También imaginaba cómo sería todo a la llegada, cuando bajase del tren. Me imaginaba comparando esta llegada con las otras llegadas. Imaginaba que esta iba a ser peor que las otras, pero que con el tiempo sería igual que las otras porque el tiempo se encargaría de adornarla con recuerdos inventados.


Las viñas pregonaron calladas y verdes la entrada en la estación de A Rúa- Petín a la hora perezosa de la siesta. Las viñas pregonaron el final de otro viaje. Bajé del tren, uno más en un pequeño grupo de lugareños, bajo el inmenso parasol de nubes beiges y vientre hinchado, pero nadie me esperaba en el andén. Pensé que era triste eso, que nadie me esperara en el andén. Con el equipaje de una semana en la mano salí de la estación a la calle vacía. Pensé en el tiempo, entonces, que adornaría también esta llegada, con recuerdos mejores, con recuerdos inventados.

7 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Qué bueno!

10:24 AM  
Anonymous Anonymous said...

Este es el mejor relato que he leído nunca sobre los efectos de la memoria en la realidad. Me encanta y cada vez que lo leo recuerdo yo también esos viajes, y toda la mitología que uno les ha ido añadiendo con los años, para poder seguir perpetuando aquello de que todo tiempo pasado fue mejor... al menos en la imaginación.

2:02 PM  
Anonymous Anonymous said...

He llegado a tu blog de la mano de tu hermano Juan Andrés, de quien soy compañero de trabajo. Este ejercicio de la memoria tuyo está tan bien escrito que casi, casi sentí que yo estaba en el tren aquel día, y que tampoco nadie me estaba esperando.

Te felicito,

Boris

3:44 PM  
Anonymous Anonymous said...

Yo también recuerdo aquel viaje...
Entre esas ventanas...Entre las rayaduras..parece que te veo caminando por los pasillos, sin poder aguantar cada 10 minutos sin fumar.Leyendo.

1:17 AM  
Anonymous Anonymous said...

Creo que yo también iba en ese tren.

1:54 AM  
Anonymous Anonymous said...

Vaya...será que todos queremos vernos en ese tren...será...

8:05 AM  
Anonymous Anonymous said...

En ese tren he ido yo muchas veces, la última vez sola, bueno, la penúltima. También he pasado por esos túneles, he visto los mismos paisajes y he bajado en la misma estación, aunque por suerte, siempre me ha esperado alguien.
Ahora, esta historia en seguida me recordó a Alejandro Sanz y su nuevo disco. Cuando pienso en un tren ahora penso en la musica de fondo, que es un tren, de a la primera persona. Alejandro Sanz...

4:06 AM  

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