Ni nada de nada
Recuerdo aquel febrero. Los martes íbamos a los cines del Max Center de Barakaldo. La sencillez del plan, ver las películas con más nominaciones para los Oscar, cobraba una nueva dimensión cuando nos encontrábamos los dos, en la boca de los cines. Estábamos y éramos sin intermediarios, ni ruidos, ni nada de nada.
Mirábamos la cartelera:
Eliges…
¿Esta?
Vale.
(Palomitas, conguitos, gominolas, coca-cola)
Y la película.
Al salir de la sala seguíamos en otro mundo.
Nunca encontrábamos la salida del Centro Comercial. Escaleras para arriba, escaleras para abajo. Tiendas y más tiendas –ella paraba en todas-.
La última vez, aparecimos solos en la azotea.
9 Comments:
Eso es lo mejor: sin intermediarios, sin ruidos, sin contaminación. Lo aprendí después de muchos años.
¡E-a, e-a e-a, la a-zo-te-a!
ea. cierto.
jjajjajajja! No tienes nombre tu...siempre perdiéndote en el infinito. Un beso!!
Una vez fui a un shopping/centro comercial. Subí el primer piso. Subí el segundo. El tercero. El cuarto... Todo así hasta el décimo. Y en el décimo, cuando quiero emprender el camino de vuelta, caigo en la cuenta de que todas las escaleras mecánicas son ascendentes.
Por suerte tenía mi paracaídas. Por si caía.
Y la azotea parecía el cielo.
Al nonino, creo que fuiste a un centro comercial diseñado por Escher.
Pero es cierto lo que dice Al nonino, y sí es un poco de Escher. Cuando subes a la azotea de un centro comercial no hay escaleras mecánicas que bajen. Un misterio.
Yo me pierdo. Siempre he pensado que el sentido de la orientación es mi punto débil. Lo bueno es que aunque falle, te va a llevar a algun lugar.
Luego es cuestión de resolver el enigma con el mejor humor posible. Y si terminas en la azotea..¡pues miras al cielo y guiñas un ojo!
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