Ah...
Poco a poco, la facultad se va desalojando y apenas da tiempo a darse cuenta. Yo prefiero hacerme el despistado cuando empiezan las despedidas:
Cristina, ¿Vienes la próxima semana?
No, sólo me queda un exámen... el 14...
Ah...
No sé si nos veremos ya por aquí. Dicen que hay cena el 15, ¿irás, no?
Claro.
Pero sé que no voy a ir a esa cena.
Hasta el 15.
Eso.
Y comprendo que quizá ya no nos volvamos a ver nunca.
6 Comments:
Así es mejor. La gente entra en tu vida, te deja grandes momentos, buenos o malos, y luego, tal como entraron, se van. Tampoco yo iría a la cena. Bueno, depende del postre.
No digas adiós. Di hasta luego, hasta otra, hasta siempre. Adiós es una palabra muy dura. Absoluta. Antes que ésa, prefiero cualquier otra que deje rendijas abiertas al reencuentro -aunque no vaya a producirse nunca- salvo que se busque precisamente dejar puertas cerradas tras de uno, selladas para no volver atrás.
Es difícil despedirse. Mucho. Yo no sé y creo que no aprenderé nunca...
En otoño, Surfin bichos.
No se buscar ni colgar canciones, pero me parece que pega bastante con lo del vacío de tu facultad.
Siempre los últimos días son los peores. Cuando no sabes si volverás a ver a alguien. Cuando eres de los últimos en marcharte.
quíices.
Quíigo
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