Hoy mismo
Cuento los cuadros que tengo por acabar: ocho. Seguiré trabajando en algunos pero otros quedarán así, tal como están, incompletos para siempre.
Los coloco contra la pared, pensando más en los lienzos apilados en el armario: intactos, absolutamente blancos.
Esos son los que son ahora.
En imagen: la nevera, de Antonio López.
4 Comments:
Siempre me ha parecido fascinante esa nevera. Su vida alrededor.
La pintura de Antolio López tiene magia. La nevera es un auténtico retrato.
Antonio es apasionante, increible, mágico, sencillo, conmovedor pero sobretodo UN GRAN ARTISTA capaz de llegar al más gélido de los corazones
Yo estoy enamorada de lo que sus pinceles son capaces.
Y digo pinceles, por no decir las extremidades de su alma, porque asi sólo puede pintar alguien que piensa con el corazón y dibuja y pinta con el alma.
Lo que hace grande a López es su tremenda humanidad.
Hablé con el mucho en el taller de la Universidad pero, lo más de lo más, fue cuando me miró fíjamente a la cara y me dijo:
- Cuidado, Javi, tienes óleo blanco en los labios. Es muy venenoso. No te muevas.
Salió corriendo en busca de un clinex. Me pasó el pañuelo por los labios, humedeciéndolo con saliba, como si fuese un abuelo limpiando a su nieto.
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