El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Sunday, June 24, 2007

Iñaki



Quise cambiar de grupo: no soporto a este neurótico. Lo cierto es que, en clase, no dejaba de incordiarme con sarcasmos; yo devolvía sus boleas con dejadas. La situación se hizo idifícil y decidí hablar con él, antes de que el asunto acabase en una discusión acalorada.

Así que una mañana entré en su despacho y, hablando, nos fuimosconociendo -teníamos mucho en común: afinidades, pequeñas manías e, incluso, ciertas obsesiones-. Nos hicimos amigos. Pero cuando digo amigos, me refiero a amigos de verdad.
Con cada palabra, Iñaki derrumbaba un pedazo de muro. Recuerdo que, aquel día, me enseñó en el ordenador una anotación: sabe dibujar. Pasa. Es la clase de alumno que no me interesa. Más adelante, confesó que al principio pensaba que yo era gay: siempre andabas rodeado de chicas, pero con todas de la misma manera. O sea, que no estabas con ninguna. Cuando recuerdo estas cosas, la risa me produce espasmos y repito en voz alta la misma expresión: puto Iñaki.

Durante cuatro años, Iñaki ha sido el punto de apoyo fundamental en la carrera y dudo que hubiera podido llegar hasta el final sin su compañía -los amigos se acompañan-. Hemos disfrutado juntos los buenos momentos y ha estado presente en los malos. Y en esos, en los malos, nunca me ha arengado con discursos preciosistas, o sensibleros, sino con ganchos durísimos de sinceridad.

A parte de amigo, y no por amigo, es el mejor profesor de la facultad. Iñaki se involucra con los alumnos al punto de hacerse cargo de sus problemas personales. Y exige, exige mucho porque sabe que sólo se aprende con trabajo. Pero lo que más me impresiona es cómo enfoca las clases: dilatando la frontera entre la asignatura y la vida, toma decisiones, involúcrate, analiza, distánciate.

El viernes no pude despedirme de él.

Mejor así.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Es muy dificil despedirse de él...A mi me preguntó si todo iba bien..y al final...
Me dijo que me parecía a una actriz de una película, y siempre guapa, no había otras palabras, eso me hacía saltar los colores.
Siempre me dió la sensación de que veía a través de mis ojos, pocas veces hablaba con él...y me arrepiento, pero aún así preferiero llevarme el recuerdo que me toca llevarme: ternura y templanza.
Sé que es feliz, porque cada mañana tras oir su nombre, despistado; giraba la cabeza con una sonrisa...esa que delata, que dice mucho con tan poco.

Y está bien,bien bien.

Saber que está allí, en su despacho, tranquiliza.

Le veremos, porqué no, como a todos. Porque todos estamos, todos somos.

7:08 AM  
Blogger J. said...

Es dificil despedirse de alguien aquien quieres mucho.

Difícil de ver.


Y eso lo asumo.

7:33 AM  

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home