Ojos bobalicones
1
Me pillan los Sanfermines. No encuentro las fajas, ni el pañuelo con el escudo de Pamplona que me regaló Miguel, el padre de Paula. Tampoco el gorro del Che, para evadirme, para no ver ni que me vean, si la situación lo requiere. Voy desarmado al Chupinazo, fuera del papel, improvisando. A verlas venir.
2
Pesaba la noche, demasiadas horas rondando las calles del casco viejo, y mucha gente, toda la gente del mundo por todas partes, autómatas en blanco y rojo: todos iguales, clones de sí mismos. Y nosotros como ellos, pero ya deseando la retirada.
Eran dos. Javier Cámara -o el doble perfecto de Javier Cámara en Hable con Ella-, con coleta, más joven, y un chico rubio de ojos azules, cejas oscuras y espesas que no se parecía a nadie. Sandra y yo colgábamos sentados de una ventana del Banco Santander -separados por un foco de luz-, en los soportales de la Plaza del Castillo, detrás del escenario.
Pidieron permiso como quien pide la bolsa o la vida: primero a Jontxu y después a nosotros. Se hicieron hueco, sacaron una bolsita de plástico:
¿Podéis dejarnos un paquete de tabaco?
No fumo, les dije.
Me miraron con ojos bobalicones.
Tuvieron que apañarse con el que tenían, uno de Nobel muy machacado. Eso fuman las chicas, pensé. Nobel.
Dibujaron dos rayas muy finas sobre el paquete con la tarjeta de crédito.
Primero el rubio, después Cámara. Un billete de cincuenta.
El resto lo chuparon.
Gracias.
Y cada uno se fue por su lado.
La imagen es de Guillermo Navarro.
4 Comments:
50, fueron 50€. Y ahora que lo dices si que tenía cierto aire a javier camara...
¡Viva San Fermín!
¡Un piano a mi salud!
Qué pena...Los sanfermines podrían ser las fiestas perfectas. Demasiado desfase. Da pena ver tanta gente por el suelo.
La procesión de San Fermín ha sido espectacular. 25 años y era el primer año. Viva San Fermín.
Dos en raya.
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