La cajita transparente. Un cuento para ti
Porque sé que el tiempo es siempre tiempo
y el lugar es siempre y sólo lugar
y lo que es efectivo es efectivo por una vez
y sólo para un lugar
me alegro de que las cosas sean como son.
Porque no puedo tener esperanza de volver otra vez
por consiguiente me alegro, teniendo que construir
algo
de que alegrarme
y rezo para que pueda olvidar
estas cosas que conmigo demasiado
discuto
demasiado explico.
Porque no tengo esperanza de volver otra vez
Porque estas alas ya no son alas para volar
sino simples aspas para batir el
aire.
El aire que ahora está completamente tenue
y seco
más tenue y más seco que la voluntad.
Enséñanos a que nos importe y a que no nos importe
enséñanos a estar sentados tranquilos.
(de Miércoles de Ceniza. T. S. Eliot)
LA CAJITA TRANSPARENTE
Abrió el paquete con cuidado de no estropear el papel. Cumplía 18 años. Sara la miraba un poco nerviosa. Pasa cuando haces un regalo: miras la mirada del otro y esperas. Esperas que le guste, como pone en la pegatina que cierra el lazo del envoltorio y, sobre todo, cuando se trata de un regalo especial. No todos lo son.
¿Te han regalado alguna vez a ti misma dentro de una cajita transparente?
Miró como quien se ve en un espejo por primera vez: los ojos, las cejas, los labios; el peinado rubio recogido en un moño; las manos, los pies; los pechos, las caderas, las piernas. Si sonrió fue sólo levemente. Sus ojos titilaban como dos astros gemelos.
-¿Te gusta? Es una tontería pero la vi en un escaparate y pensé en ti.
-¿Si me gusta? Es el mejor regalo que me han hecho en mi vida. Es. Preciosa.
Decidió dejarla así, dentro de la caja para siempre. Tenía miedo de ensuciarla o estropearla, o tenía miedo de ensuciarla y estropearla. Ella dejó a Campanilla enjaulada en una cajita transparente.
¿Por qué enjaulamos aquello que amamos?
Pasaron los años y Ella se transformó en una mujer. Es la magia de la vida, o el castigo, según se mire. Pero en cierta manera nada de lo demás había cambiado, como no había cambiado Campanilla en la caja. El tiempo tomaba las decisiones y la empujaba como un huracán -unas veces hacia lo alto, otras, a rastras por el suelo-. Ella veía una vida que no era la suya viviendo por ella. No importaba: nada (ni nadie) la estropearía; nadie (ni nadie) la ensuciaría.
Decía que pasaron los años y Ella se transformó en una mujer. Habían ocurrido muchas cosas pero nada de lo demás había cambiado. Estaba a salvo, en una cajita transparente.
Hoy, Ella cumple 22 años y está sentada en su cama, mirando una cajita transparente que sujeta en las manos. Tiene miedo de abrirla y de no abrirla; tiene miedo de perder y tiene miedo de ganar. El mundo se detiene un instante y siente el vértigo de la elección. Corre el riesgo de ensuciarse o romperse, o de ensuciarse y romperse. Y si realmente pudiera volar, ¿a dónde volaría? Desearía que alguien le dijese la palabra precisa, pero sabe que sólo se trata de ella. Mira la cajita transparente que tiene en sus manos: los ojos, las cejas, los labios; el peinado rubio recogido en un moño; las manos, los pies; los pechos, las caderas, las piernas. Sus ojos titilan como dos astros gemelos.
La cajita transparente, J., mayo 2005
P.D: disculpa el diminutivo, Peter.
12 Comments:
Espectacular J (jotin) esta historia me rescató de esta tarde...
Precioso Jota. Me ha encantado.
¿Me dejas utilizarlo con mis alumnos?
Gracias, Betty. Por supuesto, Dulcinea. A mandar.
Muy chulo! La poesia atrapa... casi como la cajita transparente...
Cuando eramos pequeñas todas queríán ser campanilla... a mi siempre me ha gustado más wendy!
No sé porqué pasa eso de querer enjaular lo que amamos. Tal vez para que no se nos escape.
Realmente impresionante. Muy bien escrito y con sencillez, no se puede pedir más.
Gracias J.
Tu relato va a volar por muchas mentes atrapadas en otro tipo de jaulas, muy chungas y muy feas, pero de las que el arte lima los barrotes.
Que buen relato J. Qué imaginación tienes.
Así hace más llevadero trabajar un viernes de puente.
Buena y muy sensible, muy bien.
el tuyo aun no lo he leido...
pero al ver que el primero era de eliot...
.....
dios, que recuerdos...
...
...
...
/en su dia me tuve que leer, de una manera un tanto especial, asesinato en la catedral, del mismo autor/
...el tuyo debe estar bien...por los comentarios...
¡Ay, esos dos últimos versos!
Me legan en avalancha versos de San Juan de la Cruz, de Santa Teresa, de Holan y hasta de Pablo de Rokha. Menos mal que apenasleo poesía.
De las bolas esas de la nieve, que le das vuelta y cae. Parece que el tiempo dentro está detenido.
Como en tu cuento.
¿Ese es nuestro Peter?
¿Y si me haces llorar?
Se balancea de un lado para otro y cuando menos te lo esperas, da un golpecito.
Cuando la rompa será un verdadero héroe.
Muchomucho...
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