En el taller. Cuento de Navidad ¿Es para mi?
Un hombre alto, robusto y encorvado, con zamarra gris, interrumpió la clase. Musitó algo parecido a un hola, que se apagó en el aire y cayó al suelo como una hoja de afeitar. Los niños abandonaron los pinceles para examinarlo. No tenía edad; su rostro había quedado varado en la melancolía garza de sus ojos almendrados. En las mejillas, sonrosadas e imberbes hasta la papada, parecía haberse quedado anclada la inocencia para siempre; el cabello ensortijado, castaño, ya encanecido donde las sienes, le confería un aspecto desaliñado y suave a la vez. Sólo el tabique nasal, escorado a la izquierda, irrumpía con dureza en esa estructura blanda con hechura de pera.
Entró y fue directamente hacia las estanterías. Cogió una vieja revista de tatuajes, en la que aparecía el dibujo de una mujer con el torso desnudo. Arrugó la frente y la dejó donde estaba. Avanzó dos metros hasta la siguiente estantería. Sacó un libro: CURSO AVANZADO DE DIBUJO PARA COMICS, de Christopher Hart:
¿Es para mi?
Le miré impávido, con los pies pegados a las baldosas. Quise decirle que sí, que el libro era sólo para él:
No
Qué pena.
Sí. Qué pena, repetí yo en voz muy baja.
Colocó el libro donde estaba y pasó a mi lado cabizbajo. Se detuvo un momento en la puerta y, sin apenas mirar hacia atrás, dijo:
Feliz Navidad.
2 Comments:
Una aparición.
Me ha encantado la descripción del personaje: sin edad, imberbe y con canas.
Feliz Navidad.
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home