Si piensas que te bastan tus ojos para ver
Podríamos afirmar, en una primera aproximación, que la intimidad es el lugar donde se encuentra en germen nuestra personalidad singularísima –nuestra verdad íntima-, aquello que somos y queremos llegar a ser. Esta intimidad es como una fuente de donde va surgiendo paulatinamente nuestra personalidad. Cada ser humano posee una verdad personalísima, la verdad que cada uno es, verdad que debe ir descubriendo y realizando a lo largo de su vida. Por eso, intentar cambiar o manipular la verdad es comparable a destruirla, porque equivaldría a convertirse uno mismo en un error o en una mentira. Esta verdad no es algo que ya esté terminado y fijo. De ahí que, con frecuencia, se nos presente de una manera confusa.
Lo que sabemos de nuestra intimidad lo vamos descubriendo a medida que vamos viviendo, al ir aprendiendo de lo que los demás van viendo y conociendo en nosotros. El ser humano no puede llegar a conocerse a sí mismo sin el concurso de los demás, sin mirarse en el espejo que otros le ofrecen. Necesita ineludiblemente que los demás le ayuden a conocerse. Como dice una canción: “Estás loco si piensas que te bastan tus ojos para ver".
(De El viaje hacia la propia identidad, de Eduardo Terrasa. En imagen, Identidad II, de Emilio Utrilla)
1 Comments:
Preciso.
Y qué bueno es buscarse en la propia infancia para comprobarlo.
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