El que perdio
Pasó bastante más inadvertida, pero yo la prefiero con creces al celebrado e impulsivo Por qué no te callas que espetó meses antes a Hugo Chávez.
Quiero decir que, por primera vez en casi treinta años, sus palabras me conmovieron y hoy vuelven como sólo vuelve aquello que no se agota nunca. Ahora, aunque me salte a la torera el dictado de la moda, y quizá por eso mismo, deseo rescatar para siempre su mensaje naufrago.
Porque cuando aquella periodista insensata le preguntó a Don Juan Carlos sobre algo tan trivial como su pronóstico para la final de la Copa del Rey, contestó entre campechano y críptico un apremiante e involuntario: Tiene que ganar el que perdió. Me sobrecogió, mucho, el tono compasivo del monarca y, sobretodo, lo revolucionario de su mensaje -el anhelo de un orden superior-, que enterró de un palazo el manido que gane el mejor y recuerda, inevitablemente, a las bienaventuranzas. Tanto que soy incapaz de sacármelo de la cabeza. Por eso, cuando las cosas se tuercen y el tiempo pasa sin recompensa alguna, cuando todo pinta mal, ya sólo queda el coleteo esperanzador de una respuesta audaz frente al oprobio de la injusticia mundana: tiene que ganar el que perdió.
3 Comments:
Eso lo dices ahora con el susto de ayer de Osasuna, ¿no?
Entonces, le toca ganar al Athletic. Y al Madrid, perder un poco =P
El perdedor a veces es el que más gana.
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