Loca Luna
Atlanta, 2005. Es mi última noche allí y estamos en Loca Luna, una sala de baile chic frecuentada por inmigrantes latinos. John y yo volvemos de la barra con un par bourbons y nos quedamos anclados en medio de la pista, cabeceando. Cuánta gente. Too many. Se me acerca una brasileña preciosa. Miro a los lados, me giro, y le pregunto: ¿ein?. ¿Bailas?, responde ella. El pavor me aplasta las rodillas, nu sé. Ella dice, yo tampoco, y qué. Pues entonces, concluyo. Pero aparecen siete españoles de la nada -uno se parece a Bisbal- que me empuján hacia ella, ¡BAILA!. Vendido me arrimo a la chica, uf, en el mismísimo instante que comienza a sonar una samba. Y ella empieza a menear las caderas a un ritmo endiablado, pimpam. Mis ojos saltan de las cuencas, jamás he visto semejantes contoneos, o lo que sea que sea eso. Sin mover siquiera un pie me hundo en sudores fríos. Me coje, me lleva de aquí para allá, que si ésto, que si lo otro. Gran mareo.
Y ya paro, decido parar lamentándome mucho de mi descoordinación y falta de ritmo. Y remato:
Yo, si quieres, a veces sé hablar.
(La fotografía es de Amber Rhea)
5 Comments:
¡jajjajjaj! ¡Me has alegrado la mañana, no he podido parar de la risa imaginando el "de aquí para allí"!Muñosambitas!!!
¡Jaja, tan loca! Y loco tú.
A una brasileña nunca hay que decirle: "nu sé".
¡Es que el "pimpam" es bestial!¡jajajja!
Tas como una chota, ¿bailanos un chotis no?
Besikooo...
Es que parece que les ha picado algún bicho...
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