Ella nunca queria postre
Nos queríamos pero
"No quiero postre, tomaré un té", decía ella siempre. Y al rato, el camarero sacaba mi tarta de queso, una rica y compacta bomba de relojería gastronómica con tantas calorías que podría echarse a andar. Mientras le servían su aguachirri y me frotaba las manos, ella miraba mi plato con la boca en los ojos: "¿puedo... probar un poco?". "Sí, claro", le contestaba, un "sí" que era un sutil "mejor mátame". Le pasaba el plato, claro, qué podía hacer. Empezaba ella poco a poco, manchando el canto de la cucharilla con la mermelada de una de las esquinas. Después se aceleraba y engullía como un pavo y, cuando al fin me devolvía el plato, ya no quedaban ni manchas que lamer.
Luego, sin un atisbo de culpa, se bebía a sorbitos el té.
7 Comments:
Decía mi papá: "cuando dos se quieren mucho, con uno que coma basta". Y ahí está.
¿Eres feo?
Pero en realidad lo decía de broma.
Tu padre decía bien, Am. Bien bonito.
Sí, sí, Ander. de hecho es un comentario rescatado -y remozado- de el blog de eresfea.
:-D
Yo no quiero té, quiero postre.
Conozco esta historia. Cuánta tensión se respira en los postres, cuánta falsa renuncia... Je.
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home