Serenidad
Un perro bisojo, combado, paticorto y con una bufanda roja de esparto en la boca, asoma su pequeña cabezuela entre los barrotes del balcón de un primer piso. Otea la plaza muy pánfilo. Parece confiado frente al mundo y sus visicitudes. Le pregunto de dónde la serenidad, de dónde. No me responde. En cierto modo es un alivio.
2 Comments:
No responden -menos mal, ciertamente- pero se descubren muchas cosas en la mirada de los perros... Serenidad, despreocupación, alboroto, displecencia... Incluso a veces, "te lo dije"...
¿Y los gatos espachurrados?
=P
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