El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Wednesday, November 22, 2006

¿Te gusta bailar?


Sólo quería cruzar la Plaza de la Cruz pero me encontré en el centro de una verbena, haciendo eses para esquivar parejas de viejitos en blanco y rojo. Eran ya las nueve casi, hacía calor y no tenía mucho por hacer, así que me detuve bajo la sombra de un árbol. Me apoyé en un árbol y entonces les vi:

¿Te acuerdas?

Sus pasos eran torpes, lentos, desacompasados pero ellos parecían flotar en otra parte. Quiero decir que estaban y no estaban allí. O estaban allí y en otro mundo, en otro espacio, en otra vida. Él apoyaba la barbilla suavemente en su hombro, a veces, sólo rozándola. Ella cerraba los ojos con fuerza. Él tenía el cabello blanco y encrespado; ella, todo recogido en un moño plateado y redondo como la luna. Él, de rostro enjuto, a veces suave, siempre rojo; ella, queriendo sonreír o llorar, o las dos cosas, por dentro. Ninguno de los dos iba de blanco; ninguno de los dos llevaba pañuelo: Él, camisa a cuadros y jersey azul marino; pantalones de tergal, zapatos negros de verano. Ella, vestido verde hasta las rodillas, chaqueta negra sobre los hombros; las piernas al aire, cosidas de varices y unas zapatillas rojas de andar por casa.

Ahora, él miraba al frente, flaquito, sereno y un tanto perdido; los ojos le brillaban a través de las gafas como farolillos rojos. Ella se sumía en algún lugar con los párpados cerrados: no los abriría jamás.

¿Te acuerdas?

Allí estaban, ahora, hace sesenta años, en otra plaza. Hacía calor y eran las nueve casi. Un joven apuesto, una linda muchacha. Allí estaban mirándose apenas, de rojo y blanco; Él, cogiéndola de la mano y ella, dejándose hacer mientras cerraba los ojos:

¿Te gusta bailar?

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Bonita historia...¿Cómo seré yo con canas? Las suyas no me importan, me encantarán.

9:41 AM  

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