Sesion de belleza
El nueve de junio se casan Mercedes y Javi. Hacen muy buena pareja. Se complementan. Tanto es así que el fin de semana coincidieron sus despedidas.
El sábado por la tarde vinieron a casa Mónica –mi hermana-, Mercedes y las demás, en total nueve o diez.
Mónica tiene buenas amigas, casi tan buenas como ella. Con Mercedes me llevo especialmente bien porque ha estado en casa muchas veces y, además, es la hermana de Ricardo, uno de mis mejores amigos.
¡Javi, ya estamos aquí!
Es Mónica, acaban de llegar de comer. Han pasado la mañana en un balneario.
Javi, baja, corre, que esta Mercedes y quiere fumar un cigarrito.
Bajo las escaleras de caracol al trote, se me han olvidado las zapatillas. Bueno, pienso, Mercedes me ha visto en peores circunstancias.
Me cuentan sus aventuras en el balneario mientras tomamos un café y fumamos un cigarrito.
¿Y ahora qué vais a hacer?
Toca sesión de belleza.
Mónica dice que va a preparar un exfoliante natural. Exfoliante.
Bueno, he de seguir trabajando. Subo.
Cuando vuelvo a bajar han llegado más chicas. La casa está invadida. Fumo otro cigarrillo con Mercedes en la cocina, mientras Bibi riza el pelo a Ainhoa con la plancha. Están todas a medio hacer. Entran y salen con pinceles y brochas y barras de labios. Se miran al espejo. Parecen frágiles, vulnerables, delicadas. En cualquier momento podrían romperse.
¿Me queda bien?, ¿No es demasiado ancha?, ¿Me hace mas gordas las piernas?, ¿brilla?
Y pienso que así están todas preciosas. Pero no digo nada y vuelvo a mi habitación.
¡Javi, necesitamos tu opinión!, ¿Cómo nos ves?
Bajo como la bala de un Colt para decir que muy bien. Muy bien.
Otra vez arriba.
¡Javi, haznos una foto, corre, rápido!
Otra vez abajo.
Y ya no se de dónde han salido tantas chicas. Apenas las reconozco. Me dan la cámara de fotos y se sientan en la escalera. Sudo, estoy sudando y me tiembla el pulso. Soy incapaz de encuadrar y apretar el botón a la vez. Digo bobadas para hacerlas reír, para esconder tanta incompetencia, los nervios, el sudor frío. Se parten de risa.
En cualquier momento podrían romperse.
5 Comments:
El mejor homenaje que podía recibir en el canódromo...Ha merecido la pena la espera! Buenísimo. Gracias
Espero que las fotos no te quedaran como la de Butragueño.
Yo me exfolio. Si. Yo soy ambiguo.
Ésa capacidad de ver la bondad y la fragilidad en las personas...
y de saberlo plasmar en letras...
muy lindo tu escrito :)
Exfoliarse es expandirse, hobrecavas.
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