En Busca de Sentido 11. Y final
Recuerdo aquel día cálido y luminoso, tan cálido y luminoso como puede ser un veintipocos de enero. Estábamos frente al edificio de Bellas Artes, esperando el autobús de las 14:05 -ellas el de Muskiz y yo, el de Barakaldo-. Hacíamos tiempo y un poco, también, el ganso:
Tengo mucha hambre, dije.
Y, enseguida, Leyre metió la mano en la mochila y sacó una bolsa blanca de plástico con tres o cuatro naranjas. Me dio una, la más grande.
Toma, es de Valencia.
¿Pero... tu... qué andas? Miraba la naranja en su mano.
Que sí, hazme caso, para el camino. Y se rió.
Tú...
Cógela, anda. No me seas. La cogí.
Pero... para qué la quiero... no podría comérmela.
¿Cómo que no puedes comerla?
Pues... no. No, no, no puedo.
¿Por qué, a ver?
Porque me la has dado tú.
8 Comments:
Me ha encantado. y de paso me he leido dos o tres posts tuyos anteriores, y he de reconocer que también...
No me conformaré con encontrarte en los blogs de Alvaro,María, el pianista etc, vendré más a menudo.
A mí me gustan las naranjas de la China. Por cierto, el otro día encontré naranjas italianas. Están bastante buenas. Creo que no las dejaré enmohecer.
Bonito.
El sentido de la vida consiste en que no tiene ningún sentido decir que la vida no tiene sentido.
(Niels Henrick Böhr)
Bueno, sefiní la historia. Para que veais que de todo se puede contar algo...hasta de una naranja...Una naranja que ha cobrado vida y que ya..ha llegado su final. Nos veremos en el cielo...Yo Laura...Tú Pablo...
Que sepas que el 11 es mi numero de la suerte, me alegro que sea el 11.
Love is in the air... No sé. Parece como si fuera la última historia de el canódromo. Como la explicación final al principio de todo. Cuántas veces el nombre, eh?
Agur!
Cuando el hambre aprieta...
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home