Peces colorados

Conocí a la pequeña Joana, dos años: simpática, guapa, morena, trilingüe -sabe una canción en portugués-; catalana. Y muy lista. Cuando llegué, correteaba descalza a los pies de la estatua, perseguida por Mònica.

¿Eres Joana? Qué linda.

Se detuvo, nos miramos cómplices y me agarró un dedo con la manita sin decir nada. Se dejó calzar y bajamos las escaleras del monumento a Los Fueros.

Bonitas bambas. Mónica, es preciosa.

¿A que sí?

Recorrimos los puestos de la feria del libro viejo, buscando la monografía de Antonio López que me había recomendado Jose.
Joana miraba los mostradores estirándose desde los brazos de su mamá, manteniendo un equilibrio imposible. A ratos la cogía yo y entonces se olvidaba de los libros y me tiraba de la perilla o hundía sus deditos en mis mofletes, riéndose silenciosa. Encontramos el libro. Y Mònica, que tenía que prorrogar la zona azul, me dejó a cargo de la pequeña.

Voy al coche, será un momento.

Y nos quedamos los dos solos, en el puesto:

Mira, Joana, qué libros tan bonitos. Qué te parece si compramos el de Antonio López y ehmm el de Manolo Valdés.

Siiiiivaldessss.

Son pintores. Yo pinto, ¿sabes?

Yo también.

También pintas, vaya ¿en serio? ¿Qué, qué… colores te gustan? A ver, a mi, ehm, te digo, a mi… mis colores favoritos son el rojo… el amarillo y el azul.

A miii… azul, amarillo y blanco.

Hummm. Interesante.

Y nos sentamos a esperar a su mamá en un banco.

¿Quieres que veamos los cuadros de Manolo Valdés?

Se juntó asintiendo. Abrió los ojitos de cuco. Le gustó Valdés: peces colorados de arpillera, Mickey Mouse. Rescató a Cristo de la cruz con sus manitas. Pasamos de página:

¿Quién es?

Es una infanta.

Puse voz de cuento, para explicarle. Pero me desinflé al ver su carita:

Eres una princesa, ¿sabes?

Nooooo. Joanaaaaaaaa.

Me sacaba 26 años. De momento.


La pecera es de Manolo Valdés.