北京 en el taller
Yaiza se abraza a mi brazo con sus manitas sucias de carboncillo. Cuántos miles de kilómetros -desde los arrabales de Beijing-, cuántos vericuetos biográficos en un lustro para musitarme hoy, a cuatro meses de los Juegos Olímpicos y en perfecto español:
Eres mi osito de peluche, te llevaré en la silleta, mi osito de peluche.
Me quedo en silencio, oteando con ojos de botón el mundo desde la silleta invisible de Yaiza.
¿Tienes novia, mi osito, osito, mi osito de peluche?
No, le digo con lengua de trapo.
Mi osito de peluche, te casarás con la pintura.
2 Comments:
¡Ufa!, también.
Rompiendo corazones.
Claro que sí
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