Pintura, pintura
Contemplo -todo está ahí, en el lienzo transformado en diario cuyas páginas ilegibles son decenas de capas de óleo-, esa luz que surgió precisamente del azar. Contemplo la mancha que atraviesa oblicua el cielo plúmbeo de Pamplona, la enteca lluvia de marzo y el inmenso ventanal para morder el polvo de una estancia desmantelada. Al otro lado del portón, en la calle, creo escuchar la voz de Vila-Matas que susurra: mandó todo al cuerno y se fue sin más.
2 Comments:
Se parece a tus cuadros, pegote y pegote pegote, rojo rojo rojo. Pura vida.
Pena que ya no pueda ver ese
achicamiento de ojos, paso hacia atrás, cabeza ladeada y zas zas zas!
besote!
La voz de Vila-Matas ha de ser muy ceremoniosa.
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