Atentamente atentisimo
Se echó a llorar cuando pasamos frente a su hermana, que esperaba al autobús sentada en la marquesina. Pensé lo de siempre, que uno nunca se acostumbra a las despedidas. Eh, venga, tía... no, eh, le dije. Ella no dijo nada, se mordía el canto del puño. Mi tía regresaba a Vigo después de unas vacaciones con mamá en Nueva York y yo la llevaba a la estación de Renfe. En el primer cruce se recompuso y continuó hablando, como si nada, de Adolfo Domínguez. Si encuentras aquí algún traje que te guste y no hay de tu talla, me dices y busco en Vigo, o en Santiago. Le pregunté si se fijaba en la ropa de hombre y me dijo que no, sólo en invierno, cuando alguno va vestido de pana. Hablamos de otras cosas que ya no recuerdo y llegamos a la estación. El tren fue puntual, 12:35. Le ayudé con el equipaje y en la escalerilla musitó algo indescifrable. Qué. Vete, vete, eso sí que entendí, que me fuera. Ya está. Miré un momento y me fui.
A las dos, telefoneó mi hermana al estudio para leerme este mensaje de móvil que acababa de mandarle la tía:
Hoy me libré de la tercera de la temporada. El atentisimo Javi me dejó bien metida en el tren que iba a Barcelona. Cómo me di cuenta y me pude bajar lo podré contar cuando me reponga. Gracias a todos por todo.
4 Comments:
La clave es el superlativo "atentísimo".
Sí, Allendegui. Ahora he cambiado el título.
te mañana te apetece? llama si eso
el de la pinta del irlandes extraño
jajjajaj qué divertido que sos. Siempre estás con prisas y la empaquetaste en el primer tren que pasó...jajaj es brooooomma!
jotin eres el mejor!!
loveU
bb
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