El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Thursday, November 20, 2008

Childlover (Una historia sobre la pornografia infantil)



Yo jugaba bien a fútbol en el parque. Eso pensaba cuando encendía el ordenador, con la nariz a dos palmos de la pantalla para no estropear la vista. Yo jugaba bien a fútbol en el parque, y la sencillez del enunciado le recordaba las tapas verdes de los cuadernos de caligrafía, el olor a musgo de las hojas, el tacto de las grapas en el lomo finísimo. El cuarto era un nicho de soledad: las paredes macilentas, un póster de Oasis con el autógrafo de Noel Gallagher, una lámina de Magritte; en la estantería, libros que leyó hace tiempo, algunas fotos; la cama siempre bien hecha, la ropa doblada sobre la silla. Yo jugaba bien a fútbol en el parque. Eso no se hace, está mal. Mal. Mal. Mal. Eres malo. Y el bien y el mal se deshacían en un murmullo grotesco dentro de su cabeza, como un puzzle esquizofrénico cuyas piezas no encajarían nunca. Yo jugaba bien al fútbol en el parque. Las tardes de primavera de su infancia giraron entorno a una pelota de plástico hecha puré en la boca de un pastor alemán. Las babas del perro en la masa gomosa e informe. Las babas del perro en sus manos.

Abrió el cajón del escritorio y sacó la bolsita de plástico con la piedra de costo y el clipper y la cajita de papel de liar. Deshizo el cigarro y recordó las servilletas de las cafeterías. La grasa de los dedos que las volvía traslúcidas, los dobladillos hasta transformar el Gracias por su visita en Gracias puta. Eres malo. Prendió aquello y abrió la ventana. Se pasó la mano por la boca y se sentó de nuevo. Abrió Google. Sabía exactamente qué tenía que escribir. Antes ponía otras palabras: angels, lolitas, boylover, preteens, girllover, pedoboy, boyboy, fetishboy o feet boy pero desde hacía un mes era suficiente con childlover. Mal. Mal. Mal. Y miró aquellas imágenes. Yo jugaba bien a fútbol en el parque. El cuerpo desnudo, las palmas de las manos pegadas a los muslos. Los ojos aterrados, la boca ligeramente abierta, crispada. Calculó que tendría cinco años, tal vez seis, cuando le sacaron las fotografías y sin embargo, de aquello, no podía recordar nada más que una orden con voz de pesadilla, ahora quítate eso también.

(La fotografía es de frozenchipmunk)

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

pornografía infantil, NO!!!

7:07 AM  
Anonymous Anonymous said...

xD Hiciste mi día!!!

9:19 PM  

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