El relato
Me contó cómo había ocurrido todo. Estábamos en una cafetería. Mientras hablaba, recuerdo que hacía tiras con el sobre del azúcar y luego, con la palma de la mano, las arrastraba hasta el borde de la mesa. Le notaba cansado y llevaba el pelo revuelto y barba de tres o cuatro dias. Me impresionó el relato y también lo que me dijo antes de despedirnos:
"¿Sábes? Es curioso. Pensaba que jamás contaría a nadie todo esto. Pero he descubierto que, a medida que voy contando la historia a otras personas, la voy haciendo mía. Y me doy cuenta de que sólo así puedo controlarla; controlar el dolor. Cada vez añado nuevos detalles: gestos, olores, palabras que voy recordando. Es como si yo fuese el narrador y no uno de los protagonistas. Aunque el final sea el mismo, a veces parece que pudiera darle sentido".
1 Comments:
Como diría mi amado A.: el dolor cuando es por dentro es más fuerte,no se alivia con decírselo a la gente.
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