Un dia como hoy
El tiempo sigue confuso. Ha pasado casi la mitad de noviembre y el frío no acaba de llegar. Se palpa la inseguridad en las calles de Barakaldo a primera hora de la mañana.
Después de desayunar, subo la persiana de mi cuarto pero todavía no ha amanecido; titila alguna estrella, sin embargo, veo nubes enormes avanzando desde el norte. Abro la ventana y saco el brazo, a pesar de que la temperatura, a esas horas -ya se sabe-, resulta engañosa.
La cuestión: ¿hace día de abrigo?
Salgo del portal, preguntándome si mi elección habrá sido correcta. No soporto tanta incertidumbre. Llevo un abrigo largo de paño. Miro a los transeúntes que, a su vez, también me miran a mí. De arriba abajo, con un disimulo descarnado. Cuento tres abrigos y dos cazadoras hasta la parada de autobús. Saludo al chofer, buenos días y, antes de abrir los relatos de Cheveer, miro a través ventanilla. Sonrío maliciosamente: Será gañan el tipo ese, a quién se le ocurre salir un día como hoy en mangas de camisa.
4 Comments:
Me ha pasado lo mismo. Pero el tío en mangas de camisa con el que me he cruzado me ha mirado con un desprecio bilbaino infinito...
Así es el "microclima portátil del bilbaíno". A más frío, menos prendas.
Es lo que tiene este clima atemporal: no te deja de sorprender.
Además de inspirar a javi,claro.
Pues yo era el gañán en mangas de camisa por Pamplona.
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